En el camarín de Colo Colo había satisfacción. "Hicimos un gran primer tiempo, con alta intensidad, nos llegaron muy poco. Me voy contento", comentó el entrenador Pablo Guede.
Sin embargo, no todo fue felicidad en el vestuario albo. Aníbal Mosa, presidente de Blanco y Negro, criticó la expulsión de Gustavo Grondona, ayudante técnico, por reclamos.
"Estoy muy contento por el triunfo, salvo por la expulsión de nuestro ayudante. Es injusta, no sabemos por qué lo expulsa. El cuarto árbitro (Héctor Jona) antes había venido a decirle a un jugador que no podía jugar con las calcetas que usó en la Libertadores, una cuestión completamente extraña. Vamos a elevar un reclamo al señor (Enrique) Osses por esta situación que no corresponde", lanzó el timonel albo.
No fue la única situación que lo sacó de quicio. El empresario criticó duramente a las administraciones anteriores del club, debido a que Olimpia demandó al Cacique en la FIFA por el no pago de los derechos de formación del volante Rodrigo Báez. "Es una lata, una pena. Fue una muy mala inversión de 250 mil dólares y, que tengamos que pagar esos derechos porque alguien no lo hizo, es malo. El muchacho jugó muy poco. No puedo hacerme responsable de administraciones anteriores, pero Colo Colo es una institución que cumple y pagará si hay que pagar, más allá de las tonteras que se hayan hecho tiempo atrás", disparó Mosa, aludiendo indirectamente a Hernán Levy, quien abrochó el acuerdo por Báez cuando era presidente en 2012.