Le gusta el arco del triunfo? "La verdad, es bien feo, pero ya me encariñé con él", dice Ana Salinas, apoyada en uno de los pilares de la obra, que mide 11 metros de alto y 16 de largo, y que a simple vista parece sólida. "A mí no me hace ninguna gracia, me da lo mismo que lo boten", comenta Carlos Díaz, unos metros más allá, mientras apaga un cigarro en la propia estructura, ubicada en pleno barrio histórico de Copiapó.

El arco fue construido por el ex alcalde Maglio Cicardini, en 2010, para conmemorar el Bicentenario de Chile y en honor al Batallón de Atacama, que participó en la Guerra del Pacífico. La idea era emular lo sucedido en 1881, cuando los sobrevivientes regresaron a la ciudad y fueron recibidos como héroes por la comunidad, que levantó diversos pórticos para honrarlos.

Hasta ahí todo bien. Los problemas comenzaron cuando se conocieron los materiales con que fue construido: madera aglomerada -similar a la usada en los cierres perimetrales- y perfiles de metal de bajo costo, todo cubierto con una especie de cartón piedra poco glamoroso. Su costo, de todos modos, fluctuó entre los $ 70 y $ 90 millones.

Pero no fue todo. La obra, considerada de mal gusto por algunos y defendida por otros, no utilizó los insumos adecuados al lugar de emplazamiento -con denominación "histórica"- ni tampoco contaba con los permisos correspondientes.

Por eso, el Consejo de Monumentos Nacionales la rechazó y demandó al municipio a través del Consejo de Defensa del Estado (CDE), organismo que esta semana logró un acuerdo judicial que obliga a la sede edilicia a demoler la obra o trasladarla, en un plazo no superior a 90 días, vía licitación. De lo contrario, el CDE ejecutará esos trabajos cargando los costos al municipio.

Marcos López, actual edil de Copiapó, dijo que "esta es una obra ilegal, jamás tuvo los permisos y se ha convertido en un tema político, cuando es absolutamente técnico; la ley se debe cumplir". Señaló que, actualmente, hay un equipo de profesionales trabajando en torno al llamado Portal de Atacama, "para ver las posibilidades de reponer una obra iconográfica en el lugar, con materiales y diseños ad-hoc".

Según Guillermo Cortés, director del Museo Regional, "la idea en un comienzo fue excelente, pues en ese lugar la colonia británica-francesa emplazó un arco para los héroes, pero se dijo que sería provisorio y que luego se construiría con materiales nobles, lo que no pasó. Pero, al final, mucha gente se encariñó, el arco resistió el aluvión y los consejeros de Monumentos Nacionales desconocen estas opiniones".

Igualmente, reconoce que hubo errores graves en la obra y que se ordenó la demolición, pero espera "que se construya algo que nos dé sentido de pertenencia".

Según la experta en Artes de la UC, Natalia Holvoe, si bien hay quienes tachan el polémico arco como "estructura parasitaria", otros ven que "conmemora un evento significativo, sin importar sus materiales".