Satisfecho está el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, con el "primer gran paso" que ha dado el proyecto de ley de reforma tributaria en el Congreso. Destaca constantemente la eficiencia y celeridad de los integrantes de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados para despachar en tres semanas la iniciativa legal hacia la sala. Mérito que, a su juicio,  no es casual, ya que se logró una "buena conjunción entre el trabajo prelegislativo, que se hizo con todos los representantes de la Nueva Mayoría, independientes e incluso con parte de la oposición, y la necesaria flexibilidad para que  democráticamente se pudieran realizar precisiones y  cambios compensados manteniendo el objetivo de mejorar la distribución del ingreso".

¿No era predecible que pudieran pasar esta etapa de forma más o menos expedita, considerando la mayoría que tiene el gobierno en la Comisión?

Mi experiencia en el Congreso Nacional tramitando proyectos de ley, mucho antes de este gobierno, me permite decir que es muy importante contar con mayoría en la Cámara y en el Senado, lo que en todo caso no es más que un reflejo del respaldo ciudadano mayoritario que tuvo la Presidenta Michelle Bachelet, su programa y la reforma tributaria. Dicho lo anterior, lo que corresponde en democracia es que el Ejecutivo ingresa un proyecto de ley al Congreso y colegisla con el Legislativo; en ese sentido, hay que ponerse de acuerdo, escuchar y dialogar con todos los sectores. Nosotros hicimos eso y hemos dado muestra de ello; en el debate hubo indicaciones que no son de la Nueva Mayoría que nosotros acogimos.

¿En el debate de la comisión?  

Sí, claro.

¿Con 15 minutos de exposición por sector? ¿Ese tiempo era suficiente como para escuchar distintas opiniones de la reforma?

Yo he estado en distintas reformas tributarias  y que la Comisión de Hacienda haya realizado 10 sesiones de no menos de 4, 5 o 6 horas para audiencias no  es muy distinto a lo que fue el  trámite de otras reformas tributarias en Chile. Sin embargo, más allá de estas audiencias, el debate que se dio en esta Comisión no fue de 15 minutos, sino de sesiones larguísimas, no menos de cuatro sesiones, antes de la votación en general.

Pero, ¿es una señal de diálogo, de apertura el otorgar 15 minutos? Por ejemplo, el presidente de la CPC, Andrés Santa Cruz, leyó su propuesta casi corriendo para poder cumplir con el tiempo otorgado.

No me voy a quedar en temas de forma, que son materia de la Comisión, sino en el debate de fondo que hicimos con los parlamentarios en la Comisión. Si quiero recalcar que aquí hubo un esfuerzo de la Comisión de Hacienda  de la Cámara de Diputados, en especial de su presidente, por darle un espacio a todas las personas y a todos los actores que quisieron participar de esas audiencias.

¿A qué se refiere cuando habla de trabajo prelegislativo, considerando que, por ejemplo, el presidente de la Democracia Cristiana, Ignacio Walker, ha señalado que lo que conocían de la reforma tributaria era sólo lo que estaba en el programa?

Los resultados están a la vista. En tres semanas se aprobó el proyecto de reforma tributaria en la Comisión de Hacienda de la Cámara.  Para lo cual, efectivamente, hubo un trabajo de coordinación con flexibilidad para escuchar y, adicionalmente, un trabajo prelegislativo que se realizó con los parlamentarios de la Nueva Mayoría. Eso nos permitió que antes de que se votara en general ya tuviéramos el primer paquete de indicaciones y a la semana siguiente poder ponernos de acuerdo en cuáles eran las tres áreas que teníamos que precisar o darle una gradualidad o generar un cambio compensado para que justamente el proyecto de ley estuviera en toda su magnitud despachado. Que en todo caso no se tocó el corazón de la reforma, que es el artículo primero donde está el nuevo sistema de impuesto a la renta. Es decir, aprobado ese artículo, primero hubo materias que nosotros precisamos y tuvimos la necesaria flexibilidad para introducir  cambios en forma compensada.

¿Y mantendrán esta flexibilidad en el Senado?

Vamos a tener exactamente la misma disposición que tuvimos en la Cámara de Diputados. Pero desde el primer día hemos dicho que el corazón de la reforma no está en debate y si se revisan todas las declaraciones de los parlamentarios de la Nueva Mayoría se darán cuenta que ellos están absolutamente claros respecto de esa materia, incluido a quien se menciona en la pregunta anterior (Ignacio Walker). No está en cuestión ni cuánto vamos a recaudar (3,02 puntos del PIB, cerca de US$ 8.200 millones) , ni que después de impuestos en Chile mejorará la distribución del ingreso. Por tanto, en el Senado, como en todo debate legislativo, escucharemos, nos coordinaremos, tendremos exactamente la misma flexibilidad que hemos mostrado en la Cámara; precisaremos aquellas materias que lo requieran y si básicamente llegamos al convencimiento de que hay que mejorar alguna parte del proyecto, que no tenga que ver con el corazón de  la  reforma  -porque ese no está en debate-, no vemos problema.

¿La eliminación del FUT está en el corazón de la reforma?

Por supuesto, eso no está en debate y así lo hemos presentado en la campaña y en el programa de gobierno. Con este nuevo impuesto de la renta se pagarán los impuestos que correspondan y pagarán los que tienen más ingreso proporcionalmente. Esto, porque el 10% de ingresos más alto en Chile hoy paga 10,2% y con la reforma pasa a 23,8%, este es el cambio más significativo. Este corazón habla de un sistema en base devengada, que lleva la primera categoría a 25% y la marginal de las personas a 35%, por tanto, el término del FUT no está en debate para nadie de la Nueva Mayoría.

Cuando el senador Ricardo Lagos Weber dice que en el Senado se abrirá un espacio para mejorar la reforma no significa tocar el FUT…

La reforma tributaria cierra el FUT.

Si se presentan mecanismos que compensen los ingresos que obtendrá con el artículo primero, ¿están dispuestos a modificarlo?

El nuevo impuesto a la renta que está en el artículo primero no está en debate.

¿La rebaja del tramo más alto del impuesto a la renta tampoco?

Eso está en el artículo primero y hemos dicho que esto no está en el debate y hemos explicado por qué.

¿Por qué?

Hay una integralidad en la propuesta. No se puede analizar el numeral 44 separado del 2, hay un sistema que es integral. Nosotros lo hemos dicho así y en la Nueva Mayoría no hemos tenido ninguna proposición que vaya a modificar ese artículo primero. Hemos aclarado que hay un corazón de la reforma sobre el cual en la Nueva Mayoría no tenemos disenso.

Entonces, ¿este espacio para mejoras, el mismo que plantea el senador Ricardo Lagos Weber está bastante restringido?

Esto es parte de un programa de gobierno que viene debatiéndose desde el año pasado, desde la campaña y ahora lo estamos discutiendo en el Parlamento, donde las materias que sea necesario precisar, en las que haya que ser flexibles -y en las materias que haya que cambiar con compensación manteniendo la recaudación y mejorando distribución del ingreso- las vamos a ver.

Usted dijo en varias oportunidades que no se moverían de lo planteado en el  programa…

Y así es. El despacho de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados es cumplir íntegramente el programa. Si nosotros, por ejemplo, hubiéramos tocado la capacidad recaudadora del SII en términos de disminuir la evasión y la elusión le concedería un punto, pero el informe financiero de esa indicación dice cero. Nosotros hicimos precisiones de la forma y ¿por qué no es de fondo? Porque nosotros vamos a recaudar US$ 1.400 millones en régimen disminuyendo la evasión y la elusión.

Llama la atención que las críticas o precisiones que se le han hecho a la reforma vengan de representantes de la Nueva Mayoría, ¿es fuego amigo?

Yo veo los resultados: ya tenemos despachado el proyecto de la Comisión de Hacienda, con un apoyo mayoritario de la Nueva Mayoría y con indicaciones donde acogimos propuestas de parlamentarios de oposición.

¿Siente como injustas las declaraciones del senador Walker?

En una reforma como la que se plantea acá uno puede tener distintas opiniones, pero yo me voy a quedar con las declaraciones del presidente de la DC que apoyan la reforma tributaria, que apoyan al corazón de la reforma. Nosotros hemos conversado con todos en el Parlamento y también con parlamentarios de oposición que nos han pedido reunión. Pero hay un partido que no nos ha pedido reunión y que claramente tiene una opinión negativa del proyecto y que ha tenido una actitud obstruccionista.

¿Qué partido?

La UDI no ha pedido reunión, no ha querido conversar. A mí Renovación Nacional y Amplitud me pidieron una reunión y los recibí inmediatamente. Es más, algunos diputados de la UDI terminaron apoyando el proyecto en algunas materias. Pero ya hemos pasado de los temas macro a los temas más micro y en la medida que la reforma se va explicando, cada día se derriban mitos o falacias sobre la reforma.

¿Cuál es la falacia más grande que ha escuchado en esta discusión? 

Que a los pensionados se les van a disminuir las pensiones; eso es absolutamente incorrecto, con letras mayúsculas, y es más, lo encuentro una irresponsabilidad. Una cosa es informar y otra desinformar. No hay dimensión de esta reforma tributaria que modifique el tratamiento tributario que tiene hoy día el régimen de pensiones. Las cotizaciones previsionales no pagan impuestos, las ganancias de capital de los fondos de pensiones no pagan impuestos; los que pagan impuestos son las personas, los pensionados. ¿Sabe cuál es el drama que tiene Chile? Que más del 95% de los pensionados tiene una pensión menor a $ 500 mil. En el sistema de pensión solidaria, estamos hablando de menos de $ 280 mil, el 70% de los pensionados están absolutamente exentos y este proyecto de ley no le cambia en nada. Y por no entender el proyecto de ley, por no hacer la tarea, hay una administradora de fondos de pensiones que comenzó a desinformar. Yo no tengo ningún problema con el debate, pero sencillamente desinformar tiene otro tipo de objetivos, políticos, y bueno, cada uno deberá hacerse responsable de sus afirmaciones. Para qué recuerdo el tema de que va a aumentar un 22 % la cuenta de la luz de las personas... ¡por favor! Saben perfectamente, quienes trabajan en el sector eléctrico, que cuando sus costos marginales no se ven afectados no tiene cómo ocurrir aquello.

Detrás de las objeciones de algunos diputados como por ejemplo el impuesto específico al pisco, ¿no le sonaba más a efectos lobby que a verdaderos reparos?

No, no lo tomaría así, porque este cambio fue pedido de manera bien transversal. Acá se ha tratado de colocar que un solo partido tenía reparos respecto de los alcoholes,  pero en  esto había parlamentarios de toda la Nueva Mayoría de distintas regiones y de otros partidos. Era transversal.

¿El menor crecimiento que se espera pone en riesgo la meta de los US$ 8.200 millones?

Nosotros hemos hecho un diseño de la reforma tributaria que se hace cargo del ciclo heredado de crecimiento bajo en la economía, hoy día en torno a 2,4% según el promedio trimestral de los últimos en los Imacec. En ese sentido, se incorporaron medidas que incentivan la inversión y el ahorro. Por eso es importante la celeridad que pedimos en la tramitación, porque por ejemplo queremos ciertas medidas que estén aplicándose el 2014; es decir, queremos que exista depreciación instantánea a partir del 2014, desde el primer día de vigencia de la ley y por 12 meses. Y también  queremos que en la Pyme sus PPM se rebajen en 15%. Es decir, hay medidas que están relacionadas con el ciclo, pero además la reforma tiene una implementación gradual y, por tanto, no se juega en un año sino que en régimen. Proyectamos que a partir del 2018 Chile debería haber retomado su capacidad de crecer a su nivel potencial. Por tanto, eso no está en riesgo.

El ex ministro de Hacienda, Felipe Larraín, estimó que la reforma tributaria tendría un efecto negativo de entre 0,5 y 1,0 punto porcentual menos de crecimiento.

Este es un argumento macro que duró un día en este debate. Es de los que se cayeron por sí solos. No es que no se sostenga, porque lo diga el ex ministro de Hacienda, sino porque las cifras no lo acompañan. Cuando el Presidente Aylwin llevó adelante la reforma tributaria a principios de los 90 se dijo exactamente lo mismo y hay algunas personas que son las mismas de hoy con los mismos argumentos. Y empíricamente, los datos nos demuestran que eso no ocurrió. Es más, se rechaza ese argumento, porque Chile creció, y se decía que iba a aumentar la pobreza, y en cambio disminuyó. Lo que yo estoy diciendo no solamente es para Chile sino que también los países desarrollados mantienen sus niveles de crecimiento, sus ingresos per cápita creciendo reforma tributaria mediante.  Voy a citar el estudio Cerda-Larraín: aquí se demuestra que los cambios en los impuestos de primera categoría no afectan las decisiones de los niveles de inversión de las grandes empresas en Chile y si no se afectan las decisiones de inversión de las grandes empresas,  ¿cómo se pudiera afectar el crecimiento?

Pero hay una cosa que no tiene que ver con el ciclo que es si la tasa corporativa forma parte al final del paquete de competitividad con que operan las empresas en una economía...

Esa es otra pregunta, pero desde la macro la pregunta es si la carga tributaria que hoy tiene Chile es equivalente al nivel de desarrollo que le estamos pidiendo al país y  la respuesta es definitiva: se necesita elevar la carga tributaria al nivel de desarrollo que se le está pidiendo al país.

¿Y qué pasa con los inversionistas extranjeros que ven cinco o más países como alternativa y que a la hora de decidir dónde hacer negocios un elemento importante es el tema tributario?

Un elemento es éste,  porque la inversión es una función que no tiene menos de 10 elementos, donde se incluyen las siguientes preguntas: ¿La institucionalidad? ¿La estabilidad?

Entonces, ¿por qué modificar el DL 600?

La pregunta es al revés: por qué mantenerlo si nadie desde 1991 ha ejercido la invariabilidad tributaria y porque le genera una imagen al país que no es la que debería tener de acuerdo a su desarrollo...

¿Y para qué meterse en esa pelea política si no tiene ningún impacto?

No, discúlpenme. El DL 600 no ha tenido ningún debate político y no creo que en el Senado sea un issue. Los parlamentarios se enteraron que la última empresa que tomó la invariabilidad tributaria fue en 1991 y ya, entendieron. Acto seguido, cuando entiende que el Ejecutivo lo cierra el 1 de enero de 2016 y explica que el Ministerio de Economía colocará una institucionalidad de acuerdo con nuestro desarrollo, democracia e institucionalidad pública, se acaban la dudas.

Volviendo a la relación carga tributaria-desarrollo del país, ¿la reforma tributaria que ustedes proponen se pone al máximo nivel de desarrollo que necesita el país sin afectar el crecimiento? 

Es que son dimensiones distintas. La primera, es la relación entre carga tributaria de un país, reforma tributaria y crecimiento. Esa relación se la hemos escuchado a un sector político desde siempre en el país, que no ha querido hacer reformas estructurales al sistema de administración tributaria en Chile; se lo escuchamos antes, se lo escuchamos hoy y estuvieron equivocados antes y están equivocados hoy. No solamente porque lo digamos nosotros, sino porque no hay evidencia empírica que respalde esto. El segundo tema es que si uno tiene como objetivo que existan tres puntos más del PIB como carga tributaria, hay que preguntarse cómo se implementa en el tiempo y aquí hay una gradualidad de implementación, que es lo que a los que nos critican se le olvida decir.

¿Pero por qué 3% y no 4% de carga tributaria? ¿A ese nivel sí afectaría?

Hemos encontrado que una reforma tributaria que propone una carga tributaria mayor de 2,5% (el 0,5% se recauda por el lado de la menor elusión y evasión) es algo que en los cuatro años de implementación es consistente con mantener el crecimiento económico. Ahora, esto también tiene relación con un programa de gobierno. La reforma tributaria le da sustentabilidad financiera al programa de gobierno, no sólo a la reforma educacional. Hay también otras materias que tienen que ver con el fortalecimiento de temas de protección social (salud, pensiones) y también hemos explicitado que hemos recibido cuentas fiscales estructuralmente desequilibradas que queremos entregarlas balanceadas en el presupuesto de 2018.

¿Cuánto costará la reforma educacional?

Tenemos un rango, que lo hemos dicho desde la campaña, de entre 1,5 y 2 puntos del PIB. La reforma educacional tendrá sus proyectos, informes financieros y cada ley de presupuesto que se tramite en el Parlamento va a especificar claramente cuánto proviene de impuesto de la reforma.

Educación 20-20 plantea que llegar a una subvención razonable para lo que es la educación básica y media son US$ 8 mil millones sobre el presupuesto actual que se destina a ese concepto…

Nosotros hemos planteado un programa de gobierno y hemos dicho que necesitaremos entre 1,5% y 2% del PIB. Y cuando me lo han preguntado en el Parlamento le he dicho que es más cercana a dos que a 1,5. El dato exacto de cuánto va a costar será entregado por la Presidenta cuando demos a conocer el proyecto de reforma estructural, pero tenemos claramente  establecido en qué queremos utilizar los recursos como aumentar la cobertura de salas cuna, terminar con el financiamiento compartido, avanzar en calidad,  fortalecer la educación pública, terminar con el lucro y dar gratuidad en la educación superior.