En 1982, la ex presidenta de la agrupación de las abuelas de la Plaza de Mayo, María Isabel Chorobik, denunció a la justicia argentina el secuestro de hijos de detenidos desaparecidos por militares en el régimen de Jorge Rafael Videla.
Casi 27 años después de la primera acción judicial, la justicia argentina busca en un cementerio de Villarrica muestras de ADN que ayuden a identificar a dos madres desaparecidas en Buenos Aires en 1976, cuyos hijos podrían haber sido secuestrados por los organismos de inteligencia de ese país. Una vez que se logre identificar sus restos, esta información genética servirá para facilitar la búsqueda de sus hijos extraviados.
Según cifras de esta organización, se estima que entre 1976 y 1983 fueron secuestrados cerca de 500 niños, de los cuales se han identificado cerca de 80. Estos menores eran sustraídos de las manos de sus padres en los centros de detención para ser adoptados por otras familias e, incluso, por miembros de las fuerzas armadas.
La Segunda Sala de la Corte Suprema autorizó que peritos del Servicio Médico Legal (SML) y la Policía de Investigaciones se constituyan en el cementerio de Villarrica para exhumar a un tío de estas mujeres y obtener muestras óseas.
La petición de la jueza federal María Servini de Cubría se da en el marco del caso de la sustracción y ocultación de un menor de 10 años, de los que habría sido víctima Irma Susana Delgado e Irma Leticia Lizaso de Delgado. La primera estaba embarazada al momento del arresto.
Según el documento, estas muestras son necesarias para las pruebas de histocompatibilidad que se realizarán en el Banco Nacional de Datos Genéticos que funciona en el hospital general Dr. Carlos G. Durand. En ese establecimiento de salud se resguardan los datos genéticos de los familiares de detenidos desaparecidos para las identificaciones de restos.
"En estos autos se investiga la comisión de los delitos de sustracción, ocultación y retención de menores, supresión del estado civil de un menor de 10 años y falsedad ideológica", señala el exhorto.
Las autoridades de ese país manifestaron en el oficio que las muestras son necesarias, pues no tienen el ADN del tío de Irma Delgado, Arnaldo Lizaso, quién vivió en Chile y está enterrado en ese cementerio.
Después de que se saquen restos del cráneo y las piezas dentales del cuerpo, se deberán enviar las muestras a un equipo de antropología forense argentino.