La selección argentina de balonmano ya piensa en el decisivo encuentro ante Túnez, en el que se jugarán su pase a los cuartos de final, tras caer hoy por 29-13 ante Suecia, en un choque en el que sobre la cabeza de los argentinos pesó en exceso la "final" que disputarán el próximo lunes con el campeón africano.
Consciente de que sus posibilidades de clasificación para los cuartos de final no pasaban por el partido de hoy, sino por el que los de Eduardo Gallardo jugarán en un par de días con la selección tunecina, el conjunto argentino salió demasiado relajado.
Especialmente en defensa, lo que permitió a los suecos conectar con suma facilidad con el pivote Andreas Nilsson, que sin oposición para moverse a su antojo sobre la línea de seis metros, puso rápidamente en ventaja (4-1) al equipo nórdico.
Un problema para la selección argentina, que se añadió al que ya suponía el inspirado arranque de partido del portero sueco Johan Sjostrand, que se convirtió en un auténtico muro para los "Gladiadores" incluso desde la línea de penalti.
Pero si algo destaca a la selección argentina es su carácter irreductible, por lo que bastó una soberbia parada de Matías Schulz para que Argentina despertase definitivamente y comenzase a desquiciar a una selección sueca a la que ya derrotó ante su público en el último Mundial.
Una circunstancia que permitió a los campeones panamericanos para devolver la igualdad al marcador con un parcial de 3-0 en los diez minutos siguientes, en los que Argentina encontró en el brazo del lateral Damian Migueles el mejor camino para superar a la defensa sueca.
Sin embargo, el guardameta Sjostrand no estaba dispuesta a que la albiceleste volviera a repetir en Londres el triunfo (22-27) que logró sobre los nórdicos en el Mundial disputado en Suecia en 2011, cerrando a cal y canto su meta con una soberbia actuación.
Paradas y más paradas, hasta cerrar el primer tiempo con un estratosférico 58 por ciento de acierto, que acabaron por doblegar a una selección argentina, que anulada en ataque, acabó también por perder la tensión en defensa.
Hecho que propició el despegue definitivo de Suecia, liderada por el infalible Niklas Ekberg, en un marcador, que al descanso reflejaba una inquietante desventaja de cuatro tantos (12-8) para la selección argentina.
Una renta que ni la merma en las prestaciones del guardameta sueco impidió que siguiera creciendo en la segunda mitad, en la que el central Jonas Larholm tomo el relevo goleador de Ekberg para desesperación de Argentina, que veía como se escapaba (18-11) definitivamente el partido.
Derrota que ni el tiempo muerto solicitado por "Dady" Gallardo pudo evitar ante el martillear continuo sobre la meta argentina de Larholm y, sobre todo, de un imponente Ekberg, que finalizó el duelo con un total de nueve tantos.
Demasiados argumentos adversos para un equipo sudamericano, que a diez minutos para la conclusión, pareció ya más centrado en el duelo del próximo lunes con Túnez, en el que los argentinos se jugarán su presencia entre los ocho mejores equipos del torneo olímpico.