La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, inauguró hoy los festejos del Bicentenario en medio de un nuevo enfrentamiento con el alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, que ha empañado las celebraciones de los 200 años de la revolución que dio paso a la independencia del país.
Acompañada de la mayoría de sus ministros, Fernández dijo emocionada que comienza una "verdadera fiesta de todos", un Bicentenario "con un sello de pertenencia e identidad" a la "región, América del Sur, Latinoamérica".
La mandataria dio el puntapié inicial a los festejos luego de visitar los pabellones de Brasil, Paraguay y Bolivia que forman parte del "Paseo del Bicentenario", de casi un kilómetro de largo e instalado sobre la tradicional avenida 9 de julio, en el centro de la capital argentina.
"Marqué dos de los tres goles de los que se podía" anotar en la portería de fútbol que adorna el pabellón de Brasil, uno de los clásicos rivales de Argentina, comentó cuando los hinchas de los dos países están expectantes por el desempeño de sus equipos en el Mundial de Sudáfrica, que comienza el 11 de junio próximo.
Fernández no hizo ningún comentario sobre el enfrentamiento con Macri, quien ha intentado que revise su decisión de no asistir a la reapertura del Teatro Colón, organizada por la Alcaldía porteña dentro de las celebraciones del bicentenario
Las viejas rencillas entre el Gobierno de Fernández peronista y el Ejecutivo de la ciudad conservador se recrudecieron en las últimas horas con un cruce de cartas que inauguró el martes la presidenta al anunciar su ausencia en el principal acto programado por las autoridades de Buenos Aires, la reapertura del Teatro Colón.
Macri ha intentado hoy que Fernández cambie su decisión, según portavoces del alcalde, líder de la conservadora Propuesta Republicana.
"Lamentablemente, la actitud que usted asumiera por hechos ocurridos en su gestión y la increíble catarata de agravios que ha proferido durante la última semana, llegando hoy a manifestaciones públicas descalificadoras de índole personal, marcan un límite que no estoy dispuesta a cruzar", afirmó la jefa del Estado.
En la misiva, la jefa del Estado opinó que "la política no puede ni debe ser una media ceremonia de cinismo e hipocresía", y con ironía deseó a Macri que "disfrute tranquilo y sin presencias molestas de la velada del 24 de mayo", en la que se volverán a abrir las puertas del remozado teatro Colón después de casi cuatro años.
También por carta, Macri le respondió el mismo día que lamenta "profundamente" la decisión de no acudir a la reapertura del teatro "en la noche del Bicentenario de la Patria".
"Es nuestra responsabilidad compartida dejar de lado esa noche las diferencias políticas y personales que tenemos y estar a la altura de la historia que nos trasciende", sostuvo el alcalde antes de invitarle a reflexionar por "el bien del pueblo".
"Es lo que los argentinos necesitan de sus líderes en este momento", matizó el alcalde.
El Teatro Colón se reabrirá el próximo lunes, en vísperas del bicentenario de la revolución del 25 de mayo de 1810, que instaló el primer gobierno criollo, la semilla de la independencia de España, que este país declaró el 9 de julio de 1816.
En el "Paseo del Bicentenario" están representadas con pabellones las 23 provincias argentinas y numerosos países latinoamericanos, que también celebran, o lo harán próximamente, los 200 años de su independencia, y a los que Fernández agradeció su presencia.
Según Cristina Fernández, la gota que rebasó el vaso de su relación con Macri fue la acusación que el alcalde lanzó contra Néstor Kirchner, su esposo y antecesor en la Presidencia (2003-2007).
El alcalde de Buenos Aires, procesado en una causa que investiga escuchas telefónicas ilegales a políticos y empresarios, recusó este jueves al juez que lleva el expediente y acusó a Kirchner de haber "inventado" este proceso.
"No estoy contento con lo que ha hecho Kirchner con esta causa armada que ha generado, siempre con el mismo estilo de intentar descalificar a sus adversarios. No me parece que esté nada bien", opinó tras un acto público.
La administración de Macri, que organizó su propia celebración del bicentenario, se ha quejado en los últimos días de los cortes que afectan la avenida 9 de Julio, colindante con el teatro Colón y la más ancha de la ciudad, donde el Gobierno central montó el gigantesco paseo que será el centro de la mayoría de los festejos.