El gobierno argentino defendió hoy los acuerdos con Rusia para exportar alimentos pese a las críticas recibidas desde la Unión Europea, que acusan al país sudamericano de aprovechar el contexto de sanciones y vetos entre el bloque y Rusia por el conflicto ucraniano.
"No tenemos ningún tipo de impedimento para efectuar acuerdos comerciales que impliquen potenciar los niveles de producción y exportaciones", sostuvo el jefe del Gabinete de ministros, Jorge Capitanich.
Capitanich respondió de esta manera al ser consultado por una carta de advertencia enviada por el bloque europeo al Ejecutivo de Cristina Fernández, a través del embajador argentino ante la Unión Europea, Hernán Lorenzino.
Según informó el diario La Nación, la alianza europea solicitó al país sudamericano que se abstenga de aprovechar el veto impuesto por Rusia sobre varios productos alimentarios europeos en represalia por las sanciones de la Unión contra Moscú por sus acciones en el conflicto en Ucrania.
"La República Argentina tiene un mecanismo de relaciones de carácter internacional en materia comercial y observa a través del programa de aumento y diversificación de exportaciones, metas de exportación a través de 24 países con 264 partidas parciales", destacó Capitanich.
"En el caso de la Federación Rusa, efectivamente nosotros tenemos y teníamos a la Federación Rusa dentro de los destinos posibles de exportaciones en virtud de la complementariedad en materia económica", detalló.
El jefe de ministros ratificó las expectativas del Gobierno argentino de exportar a Rusia carnes de todo tipo, vinos y frutas, de la misma forma en que existen acuerdos para exportar alimentos a otros muchos países como India o China.
Asimismo, subrayó la importancia de intensificar y diversificar las exportaciones para la economía argentina.
Argentina anunció acuerdos para exportar alimentos a Rusia a finales de agosto, en operaciones que podrán alcanzar un monto total de hasta US$18.000 millones.
Varios países latinoamericanos han buscado aprovechar la oportunidad de entrar en el mercado ruso que representa la prohibición de importar alimentos de la Unión Europea y Estados Unidos a ese país.
La prohibición fue decidida por el gobierno ruso en represalia por las sanciones adoptadas por europeos y estadounidenses contra Rusia por su papel en la crisis de Ucrania.