El Gobierno argentino dijo hoy que siente "vergüenza ajena" por las críticas de la oposición a un plan social presentado por la presidenta del país, Cristina Fernández, para crear 100.000 puestos de trabajo.
Que ahora aparezcan estos personajes haciéndonos sentir que son los grandes preocupados (por la pobreza) me da 'vergüencita' ajena", aseguró el jefe del gabinete, Aníbal Fernández, en declaraciones a radio Mitre de Buenos Aires.
La jefa del Estado anunció este viernes un programa para la creación de cooperativas que den trabajo a los desempleados, que en una primera etapa demandará una inversión de casi 400 millones de dólares y se concentrará en el populoso cordón urbano que rodea a la capital del país.
El plan social fue presentado días después de que la Iglesia Católica advirtiera de que la pobreza alcanza al 40 por ciento de la población, cuando cifras oficiales señalan que el indicador apenas supera el 15 por ciento.
Entre otras cosas, Cristina Fernández sostuvo en su discurso que "siempre se buscan hacer padrones de pobres y alguna vez habría que contar a los ricos para saber cuál es la brecha entre los que más y los que menos tienen", tras indicar que el problema de Argentina "no es la pobreza sino la inequidad social".
Horas después la dirigente opositora Elisa Carrió criticó duramente el discurso presidencial y acusó al Gobierno de ser "el más conservador, autoritario, reaccionario y humillante de la historia argentina".
Si la gobernante tiene recursos para dar a un mafioso como Julio Grondona (presidente de la Asociación del Fútbol Argentino) y para subsidiar a empresas poderosas, ¿por qué no tiene recursos para los pobres?", se preguntó la líder de la Coalición Cívica.
En sus declaraciones radiales, Aníbal Fernández dijo que "muchos se llenan la boca" hablando de la pobreza, pero "muy pocos tienen la vocación de sacar a la gente de esa situación".
"El manual del alumno dice: 'siempre niegue que están bien las políticas que lleva a cabo el Gobierno'", ironizó.
El jefe de los ministros también apuntó contra otro de los críticos del plan, el diputado opositor Francisco De Narváez, quien dijo que el Ejecutivo "se alarma por la inequidad social como si no hubiera gobernado en los últimos seis años".
En ese sentido, el funcionario se manifestó sorprendido de que el legislador se preocupara por los pobres después de "dejar una cantidad industrial de trabajadores en la calle" cuando vendió la importante tienda de la que era propietario.
Adrián Pérez, diputado de la Coalición Cívica, también se sumó a las críticas al señalar que los "nuevos ricos son el matrimonio presidencial y los amigos del poder", en alusión al crecimiento del 158 por ciento que experimentó el año pasado el patrimonio de Cristina Fernández y su esposo y antecesor, Néstor Kirchner.
"Está todo declarado. La presidenta y su esposo tienen la tranquilidad de ser honestos, de haber hecho lo que corresponde y de no haber sacado nada a nadie", replicó el jefe del gabinete.