Las pérdidas en el sector agropecuario argentino por la severa sequía que azota a los campos pueden recortar en 1,6 puntos porcentuales la previsión oficial de un crecimiento económico del 4 por ciento en 2009.
Según los cálculos de la Sociedad Rural Argentina, una de las cuatro mayores entidades del sector en el país, el Producto Interior Bruto (PIB) crecerá este año apenas un 2,4 por ciento, hasta los 393.938 millones de pesos (112.553,7 millones de dólares), por efecto de la sequía más grave que recuerden los trasandinos en cinco décadas.
El cálculo parte de las proyecciones incluidas en el presupuesto oficial, que prevé una expansión del PIB del 4 por ciento en 2009, hasta los 400.058 millones de pesos (114.302,2 millones de dólares).
La entidad rural aclaró que el recorte de 1,6 puntos "se debe interpretar como una consecuencia mínima, puesto que se excluye del cálculo el efecto multiplicador negativo producto de la menor actividad económica en el resto de los eslabones productivos", como la prestación de servicios agropecuarios, el transporte de granos o la molienda.
En tanto, el diario argentino Clarín aseguró esta mañana que la sequía ya dejó pérdidas por dos mil 700 millones de dólares, aunque el monto puede aumentar en caso de que se prolongue la falta de lluvias.
El matutino advirtió además que la sequía provocará que el campo produzca en 2009 bastantes menos granos y carnes que el año pasado, y que aún no se puede determinar a cuánto ascenderán los daños globales. "La seca, que ahora se reconoce como una de las peores de la historia, venía gestándose desde hace rato. Y su primer daño fue impedir la siembra de casi tres millones de hectáreas con diferentes cultivos, el 10 por ciento de la superficie agrícola", explicó.
Hasta ahora, la mayoría de los analistas estima que la cosecha 2008-2009 no llegará a las 80 millones de toneladas, contra casi 95 millones del ciclo pasado. A estas alturas, las lluvias de las últimas horas y las que puedan llegar en próximos días permitirán sólo una leve recuperación de los lotes por cosechar de maíz y soya.
El gobierno de Cristina Fernández declaró la semana pasada la emergencia agropecuaria en las zonas afectadas por la falta de lluvias, fenómeno que ha provocado grandes pérdidas en la producción de granos y la muerte de cerca de 600 mil cabezas de ganado vacuno.