En Arica botan miles de kilos de tomates calificados de descarte
En la zona rural del lecho del río San José es posible encontrar montones del apetecido fruto, los que no son comercializables por los agricultores.
"Es un pecado", dice María, respecto a los miles de tomates de descarte que productores del Valle de Azapa, en Arica, están botando al lecho del río San José como una forma de deshacerse de lo que a su criterio ya no puede ser comercializado.
Los tomates fueron depositados en sectores altos del cauce (más arriba del kilómetro 14, fuera del radio urbano), hasta donde llegaron interesados en rescatar algo de dicha producción.
El motivo para la medida es que hoy es posible encontrar en el terminal agropecuario ariqueño una caja de tomates desde los 2 mil pesos (o 200 pesos el kilo, aproximadamente), lo que contrasta con el costo del packing, traslado y mano de obra.
Sobre el tema, el presidente de los agricultores de Arica, Marko Gardilcic, expresó que es algo que efectivamente ocurre, pero no es una práctica recomendada para desechar las cosechas, pero que es habitual una vez que el producto se embarca a Santiago y ocurre un excedente en la producción.
"Hay agricultores que botan el descarte al río, algo que rechazamos, por último es mejor hacer un hoyo y enterrarlos, evitando así cualquier problema; lo que se hacía antes era dárselo a los animales como los chanchos o hacerlos salsa en industrias, pero no hay quién lo haga", dice.
Sobre la posibilidad de entregar o donarlo a alguna entidad de beneficencia con miras a aprovechar el recurso, Gardilcic lo descarta de plano: "ocurre que ese es tomate de descarte, es decir, no está en condiciones de comercializarlo, ni regalarlo, porque no cumple con el estándar, ya que está contaminado o picoteado por pájaros, se podría enfermar alguien", confiesa.
Sobre lo anterior, el seremi de Medio Ambiente, Renato Briceño, calificó esta práctica como "pésima", ya que tiene efectos de tipo ambiental importantes y que los responsables se exponen a multas de 3 UTM.
"Esto no es habitual, pero sin duda que es pésimo, ya que tiene efectos ambientales, por la cantidad excesiva de tomates. A lo anterior hay que agregar que es difícil de controlar por los fiscalizadores de la municipalidad", dijo.
Por otra parte el seremi expresó que los agricultores están perdiendo una excelente posibilidad de crear compost, reutilizando esos desechos para fertilizar su terreno, invitándolos a no perder valiosos insumos.
"Las personas están perdiendo dinero tirando los tomates al río, hay diversas soluciones ambientales como utilizar las chipeadoras para reprocesar los excedentes, ya que perfectamente podrían utilizarlos como materias primas para fertilizar la tierra", detalló.
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