Patrick Steeger (1970) está convencido de que para abrir espacios mentales en el público es necesario, primero, reinventar las posibilidades materiales. Tomar un objeto existente para transformarlo en otra cosa es el motor de su obra, lo que se hace evidente en Uso y abuso, la exposición con la que aterriza ahora en el MAC de Parque Forestal, que reúnen distintas experimentaciones con piezas de madera preelaborada.
El resultado se traduce en grandes esculturas construidas a partir de pequeños trozos de madera, molduras con formas predefinidas que son desechadas por las empresas de construcción (en este caso Arauco) , a las que Steeger se ajusta para encajarlas y así darles un nuevo sentido. Un par de pilares simétricos, levantados a la entrada del hall, dan paso a miles de estos trozos desperdigados por el piso, dispuestos para que el espectador juegue a armar sus propias esculturas o más bien para que haga arquitectura: en pocos días, el público ha construido una verdadera ciudad de madera, con iglesias, casas, fuertes y castillos, como si fuesen piezas de lego.
"Lo participativo de mi obra tiene que ver con cuestionar las anomalías. Vivimos en una sociedad mecanizada, pero nuestra realidad es una ficción cultural, entonces cuando tomo objetos y los desarticulo, cuestiono las condiciones de la realidad. Quiero abrir otras miradas para generar nuevos espacios mentales", dice Steeger.
El artista también construyó un refugio con 200 tablas de madera y forma de globo, que invita al espectador a recorrerlo y que recuerda a las originales construcciones que se erigen en Ciudad Abierta, la mítica comunidad de Ritoque creada a fines de los 60 por alumnos y profesores de la Escuela de Arquitectura de la U. Católica de Valparaíso. De hecho, Steeger construyó el modelo con estudiantes de esa casa de estudios. Mientras en otra sala exhibe una escultura con varas en madera que forman un espiral flotando en el espacio.
Egresado de la U. Católica, Steeger es miembro de una generación de artistas, entre ellos Sebastián Preece (quien exhibe por estos días en el zócalo del MAC) que en los 90 cuestionó los límites de la escultura, al usar materiales cotidianos. En 2003, ya intervino el MAC con una serie de tambores apilados en columnas, emulando la sala hipóstila de la Acrópolis griega. También es de él la intervención Legoport, con 108 maletas que forman una pila en el Aeropuerto de Santiago y que realizó luego de ganar un Concurso de Arte público del MOP, en 2002. "Para mí una obra no existe si no se relaciona con el entorno. Una obra existe cuando acontece. No lo puedo ver como un objeto en solitario, sino cuando dialoga con su ambiente", dice Steeger.