La oposición reaccionó hoy con una andanada de críticas a la reestructuración del Gobierno dispuesta por la Presidenta argentina, Cristina Fernández, a la que acusó de ignorar la necesidad de un "cambio de rumbo" luego de la derrota oficialista en las elecciones legislativas del 28 de junio.

Además reiteró su rechazo a la gran cuota de poder que le atribuye al ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007), esposo y antecesor de Fernández.

"Indudablemente, al matrimonio presidencial no le queda gente: siguen con el mismo elenco, sólo se animan a hacer cambios de roles", afirmó a los periodistas Gerardo Morales, líder de la Unión Cívica Radical (UCR), segunda fuerza política del país aliada con socialistas e independientes en el Acuerdo Cívico y Social.

"Mientras esté Néstor Kirchner nada va cambiar", advirtió a su vez el

empresario Francisco De Narváez

, uno de los líderes de la coalición UniónPro, formada por peronistas disidentes con la conservadora Propuesta Republicana (Pro).

La Presidenta dispuso el martes una reestructuración del Gobierno luego de aceptar la renuncia del jefe del gabinete de ministros, Sergio Massa, del titular de la cartera de Economía, Carlos Fernández, y del secretario de Cultura, José Nun.

El ministro de Justicia, Aníbal Fernández, jurará hoy como jefe del gabinete y será reemplazado por Julio Alak, el presidente de Aerolíneas Argentinas, nacionalizada el año pasado luego de un contencioso con su propietario, el grupo turístico español Marsans.

Amado Boudou asumirá como nuevo ministro de Economía y su lugar al frente de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) será ocupado por Diego Bossio.

Como nuevo presidente de Aerolíneas Argentinas jurará Mariano Recalde, un abogado vinculado a la Confederación General del Trabajo (CGT), el mayor y más antiguo sindicato del país, cuyo líder, Hugo Moyano, es uno de los aliados al Gobierno.

La reforma del gabinete, que sucede a otra que llevó a cabo Fernández el año pasado, se completará con la toma de posesión de Jorge Coscia, un prestigioso investigador en ciencias sociales y políticas, como nuevo secretario de Cultura.

La semana pasada, en medio del avance de la pandemia de gripe A, Fernández designó como ministro de Salud al médico Juan Manzur y a Juan Pablo Schiavi como secretario de Transportes, quienes reemplazaron a los dimitidos Graciela Ocaña y Ricardo Jaime, respectivamente.

El líder del grupo de diputados de la UCR, Oscar Aguad, remarcó a su vez que el Gobierno peronista de Fernández hizo "un cambio cosmético" y con ello dio "la mala noticia de que no está dispuesto a cambiar el rumbo".

Margarita Stolbizer, diputada electa por el Acuerdo Cívico y Social, consideró que el Gobierno "empieza a demostrar que reconoce la derrota, pero el remedio termina siendo un cóctel para mezclar funcionarios como ingredientes".

"Néstor (Kirchner) seguirá siendo el barman que los mezcla", opinó en declaraciones a la web del diario bonaerense La Nación.

De Narváez sostuvo que Argentina "merece un cambio drástico de políticas, no de hombres" porque "el país está a la deriva", e insistió con que "quien se debe retirar del Gobierno es Kirchner".

"Hay que hablar con los organismos internacionales de crédito y en el gabinete sigue habiendo obediencia debida a Kirchner", subrayó el dirigente de UniónPro.

A pocas horas de asumir como jefe de gabinete, Aníbal Fernández admitió hoy que la gente propinó una derrota electoral al Gobierno porque "evidentemente pide cambios en algunas políticas".