La policía italiana arrestó a un hombre de 26 años que intentó entrar en la habitación del hospital donde el primer ministro Silvio Berlusconi se recupera de un ataque que el domingo lo dejó con la nariz fracturada y dientes rotos.
El incidente avivará previsiblemente aún más el debate sobre la seguridad de Berlusconi, incluso a pesar que el ministro del Interior, Roberto Maroni, ha eximido a la policía y a los guardaespaldas del primer ministro de cualquier responsabilidad por el ataque del domingo.
La policía de Milán informó que el hombre, que parecía tener problemas psicológicos y es oriundo de la ciudad norteña de Turín, dijo que quería hablar con el líder conservador de 73 años.
La policía dijo que el hombre arrestado entró en el hospital a las dos de la madrugada (01.00 GMT) por el estacionamiento subterráneo y simplemente subió en el ascensor hasta la séptima planta, donde está ingresado Berlusconi.
Fue detenido inmediatamente y registrado, pero no llevaba ningún arma encima. En su coche encontraron palos de hockey, agregó la policía.
Berlusconi fue atacado en la cara después de un mitin durante el fin de semana, cuando un hombre con una historia de enfermedad mental le lanzó una réplica en miniatura de la catedral de Milán.
El hombre de 42 años detenido por esa agresión, Massimo Tartaglia, lanzó la estatuilla a la cara de Berlusconi desde una corta distancia mientras el primer ministro estrechaba manos y firmaba autógrafos tras un mitin en la plaza del Duomo de Milán.
Un juez respaldó hoy el arresto de Tartaglia.
Los médicos indicaron que Berlusconi sería dado de alta mañana, un día más tarde de lo previsto, ya que aún sufría dolores y tenía problemas para comer con normalidad. El primer ministro tendrá que restringir sus actividades públicas durante dos semanas, agregaron.
ITALIA CONMOCIONADA
Italia está conmocionada desde el ataque. Algunos políticos denuncian el clima de odio y advierten del riesgo de volver al tipo de violencia política que tiñó el país de sangre en los años 70.
En un signo del incremento de las tensiones, una bomba con dos kilos de dinamita explotada a medias fue encontrada durante la noche en la Universidad Bocconi de Milán, dijeron fuentes judiciales.
Un grupo anarquista poco conocido se atribuyó la responsabilidad por el ataque, que causó sólo daños menores.
Maroni dijo que el ataque no debería subestimarse y que tales incidentes estaban vinculados a "un clima de exasperación y conflicto".
Los aliados de Berlusconi han acusado a la oposición izquierdista de librar una violenta campaña contra el primer ministro, que ha estado bajo presión por una serie de escándalos sexuales y se enfrenta a la reapertura de juicios por corrupción y fraude fiscal.
El gobierno ha prometido abordar nuevas medidas como bloquear webs que fomenten el odio en internet y reforzar la seguridad en las concentraciones públicas tras la agresión.
Facebook, donde han surgido grupos que elogian al agresor de Berlusconi, dijo el miércoles que retiraría cualquier "contenido amenazante" de sus páginas en cuanto se le solicitara.