Medical Marijuana Inc. tiene unos 200 mil accionistas y en su sitio web dicen que fueron la primera empresa de cannabis en entrar al mercado de valores en EE.UU. Hoy tienen ocho empresas subsidiarias e igual cantidad de marcas, tanto médicas como para el cuidado de la piel, como cremas y chicles para el dolor, que tienen como base el cannabidiol (CBD), uno de los componentes no psicoactivos de la planta de marihuana.
Alex Grapov, vicepresidente internacional de Medical Marijuana Inc., explica que ya se registraron en Chile para operar como empresa. "Ahora estamos trabajando para finalizar el modelo de ventas para la introducción de productos este año en el mercado chileno", dice a La Tercera.
Para la compañía, Chile es un mercado clave para ampliar sus operaciones en el continente, en especial porque se permite el cultivo con fines medicinales. A juicio de Grapov, esto es posible gracias a la decisión del gobierno de permitir, en 2015, la venta y distribución de productos farmacéuticos derivados de la planta de cannabis.
"Creemos que este primer paso tomado por el gobierno chileno se convierte en un hito para los países latinoamericanos para revisar el posible impacto de productos basados en cannabis y así mejorar las condiciones de salud que no han obtenido resultados positivos con los productos farmacéuticos tradicionales", asegura.
Miles de plantas
Los primeros en colocar un medicamento en una farmacia chilena fueron los canadienses de Tilray, en mayo. Esta firma se asoció en Chile con Alef Biotechnology, cuyo CEO es Alan Nudman.
La empresa consiguió un permiso especial con el Instituto de Salud Pública (ISP) para ingresar 600 dosis de sus fármacos TC100 y T100, como parte de un plan piloto para analizar cómo se comportan los médicos y los pacientes, y así decidir si seguirán importando. El permiso expira este año y cada caja cuesta 200 mil pesos.
"En caso de que los medicamentos no sean vendidos, estos serán destruidos en conformidad con la legislación vigente, pero creo que estamos muy lejos de tener que llegar a ese punto porque ha sido muy positiva la aceptación de ambos medicamentos", asegura Nudman.
Ambos medicamentos apuntan a tratar el dolor crónico por cáncer, espasticidad en esclerosis múltiple, náuseas y vómitos.
Pero Tilray y Alef Biotechnology tienen más planes que vender fármacos. Ya tienen una autorización del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) para tener su propia plantación de marihuana que supera ampliamente las 6.820 plantas que cosechó la fundación chilena Daya entre 2016 y 2017.
"La licencia con la que contamos nos permite, en una primera fase, la producción de 280 mil plantas para abastecer el mercado local e internacional. Hay que destacar que las plantas de nuestra producción farmacéutica nunca tienen contacto con el medio ambiente, con el fin de minimizar riesgos y tener todo el proceso estandarizando como lo requiere esta industria", señala el ejecutivo.
Tanto Medical Marijuana Inc. como Alef coinciden en que este tipo de medicamentos tienen menos efectos secundarios y más beneficios respecto de fármacos tradicionales. "Los productos de CBD hechos por nuestra compañía han probado no tener efectos secundarios, aparte de somnolencia y pacientes que tienen hambre", dice Grapov, mientras que Nudman explica que "en el caso de Canadá, en los pacientes que han sido prescritos en el uso de los principios activos de este medicamento se ha observado una disminución en el uso de opioides y benzodiacepinas, entre otros".
Sativex llega a farmacias
Wilfredo Orellana es director de especialidades de Biopasgroup, laboratorio latinoamericano que en 2016 consiguió el primer registro sanitario para vender un fármaco de cannabis en el país, conocido como Sativex, que se distribuirá en Chile el mes entrante.
"Esperamos tener el producto en Chile a disposición del cuerpo médico y pacientes durante el mes de julio de 2017", adelanta el ejecutivo, aunque se desconoce la cantidad exacta de unidades que llegarán a Chile.
La indicación aprobada para este fármaco es espasticidad asociada a esclerosis múltiple de moderada a severa "en donde los tratamientos tradicionales no tienen efecto", añade Orellana.
Según Biopasgroup, en Chile serían unos 2.300 los pacientes afectados por la enfermedad y sus síntomas asociados, de ellos solo un porcentaje son candidatos a recibir tratamiento con Sativex.
Este fármaco es un espray cuyo precio aún no se determina, pero la última vez que ingresó a Chile en forma compasiva (autorización especial para traer un fármaco que no está registrado) tuvo un costo de 3 millones de pesos. "Esperamos también que en un futuro próximo pueda ser incluido dentro de la canasta GES o de la Ley Ricarte Soto", dice Orellana.
Sativex vendrá en un envase y contendrá tres unidades o dispensadores. La duración de estas tres unidades a dosis máxima deberá alcanzar para un mes de tratamiento y fue desarrollado por la firma británica GW Pharma. Este producto actualmente se comercializa en Europa, Canadá y Australia.
¿Podrían bajar los precios en el futuro? "El know how que hemos ganado nos permitirá mejorar y hacer más eficiente esta cadena, por lo que el costo del medicamento, en la medida que aumente su uso, seguro permitirá bajar el precio", dice Alan Nudman, CEO de Alef Biotechnology.
Alex Grapov, de Medical Marijuana Inc., dice que los precios bajarán según el aumento en la demanda de estos productos, y dependerán directamente del proceso de importación establecido por funcionarios gubernamentales en Chile.
Sobre el valor que tendrá Sativex, Wilfredo Orellana estima que el "precio al público estará muy por debajo del precio al cual se importó compasivamente hace unos tres años".