Con sólo 39 años, Anne Imhof se ha consolidado como la nueva estrella de la performance contemporánea alemana. Su nombre causó expectación desde que se anunció que sería la representante del pabellón nacional para la Bienal de Arte de Venecia, y hasta hace sólo dos días al público invitado no le importó esperar hasta una hora para ver su obra, en los días previos a la inauguración del día 11.

No era una cuestión sólo de popularidad. Ayer, el jurado del evento de arte -el más antiguo e importante del mundo- confirmó la solidez de la propuesta de la alemana entregándole el León de Oro a su obra Fausto: "Una instalación de gran alcance, preocupante, que plantea preguntas urgentes sobre nuestro tiempo, y empuja al espectador a un estado consciente de ansiedad", la describió el presidente de la comisión y director del Museo Reina Sofía, Manuel J. Borja-Villel.

En Fauto, Imhof hace una inquietante y sombría ocupación del pabellón alemán -construido durante la época nazi en Giardini- con perros doberman que ladran al público tras una cerca de alambres. Dentro, los bailarines vestidos de negro bailan y marchan entre la gente y la miran a los ojos para luego arrastrarse bajo un falso suelo de cristal, como espectros entre un colchón negro, hojas, esposas y cucharas. El efecto no desaparece ni siquiera cuando la sala está vacía. "El trabajo de Imhof se caracteriza por sus decisiones precisas sobre objetos, imágenes, cuerpo y sonidos, y su manejo de la arquitectura es muy original", agregó Borja-Villel.

Acompañada de la curadora del pabellón, Susanne Pfeffer, la artista recibió el galardón con una declaración de principios: "Mi trabajo es sinónimo de libertad, expresa el derecho a ser diferente, la no conformidad de género y el orgullo de ser mujer", dijo.

En tanto, su coterráneo, el artista de 77 años Franz Erhard Walther se impuso con el segundo León de Oro como el mejor artista de la exhibición Viva Arte Viva, curada por Christine Macel, y desplegada en el Arsenale. Su trabajo consiste en grandes telas colgantes de vivos colores que pueden ser manipuladas por el público. El León de Plata a la joven promesa del arte fue para Hassan Khan, nacido en Londres pero radicado en Egipto, por una instalación sonora de cuerdas y altavoces en uno de los extremos exteriores de la Arsenale.

Además, el jurado entregó menciones especiales al pabellón de Brasil, que exhibe a la artista Cinthia Marcelles; al italiano Charles Atlas, y a Petrit Halilaj, de Kosovo, ambos presentes en Viva Arte Viva. El chileno, en tanto -organizado por el Consejo de la Cultura y representado por el artista chileno Bernardo Oyarzún y el curador paraguayo Ticio Escobar-, aunque no pasó desapercibido para la prensa local y extranjera, se quedó sin preseas en el evento italiano. La instalación llegará a Santiago para exhibirse en el Centro Nacional de Arte Cerrillos, luego de que cierre la bienal el próximo 13 de noviembre.