En el Reino Unido utilizan nanotecnología para desarrollar un pequeño injerto de bypass a partir de un material polímero. Este material permite que el injerto imite el pulso natural de los vasos sanguíneos humanos, que permiten transportar los nutrientes necesarios a los tejidos del cuerpo.
La meta final es utilizar el injerto en cirugías de arterias coronarias y de miembros inferiores, las cuales -según los médicos- podrían reducir las amputaciones y los infartos. Si las pruebas médicas son exitosas, el dispositivo podría ayudar a miles de pacientes con enfermedades cardiovasculares.
El tratamiento quirúrgico actual consiste en un bypass o en reemplazar el vaso sanguíneo dañado con un injerto plástico o preferiblemente una vena tomada de la pierna del paciente. Pero muchos pacientes no cuentan con venas adecuadas.
Los injertos plásticos fueron fabricados originalmente con el mismo nylon utilizado para hacer camisas que no necesitan plancha. Pero aunque éstos funcionan bien en injertos grandes, son mucho menos exitosos en injertos menores a los 8 milímetros. Esto debido a que la superficie del material utilizado estimula la creación de coágulos de la sangre en el injerto.
El profesor George Hamilton, investigador del proyecto de arteria artificial indicó que "existe una alta tasa de fracaso en la utilización de injertos de bypass rígidos y de pequeño diámetro".
"A muchos pacientes que han necesitado pequeños injertos, pero que no tienen venas adecuadas, se les han amputado los miembros inferiores y aquellos a los que no se les puede intervenir quirúrgicamente han sufrido de ataques al corazón y han muerto", señaló.
La nueva arteria artificial ha sido diseñada para imitar al máximo posible la versión natural. Es fuerte, flexible, resistente a coágulos sanguíneos y late rítmicamente al igual que el latido del corazón.
Utilizando la nanotecnología, los investigadores incorporaron moléculas microscópicas específicas en el injerto. Algunas ayudan a la circulación mientras que otras incentivan a células madre especializadas a cubrir su envoltura, lo que mejora su habilidad para reparar los vasos sanguíneos dañados aún más.
El profesor Hamilton dijo que: "Esto representará un gran beneficio para los pacientes ya que podremos reducir los infartos, reducir las amputaciones y salvar vidas". A largo plazo, el equipo espera desarrollar una gama de injertos "listos para usar" así como sondas y otros dispositivos.