Carlos Amorales es uno de los artistas mexicanos que más circula en el mundo y, a fines de septiembre, fue invitado VIP a Chaco, visitando galerías, museos, colecciones y talleres. Era primera vez que visitaba el país y su intención era adentrarse bastante más que esos cuatro días en la ciudad.
Nacido en 1970, ha desarrollado una obra que transita por diversos medios, incluyendo la gráfica, la animación, la instalación, la performance, el video o la pintura. En los años 90, se hizo conocido por un álter ego performático que procedía del mundo de la lucha libre y luego por su Archivo Líquido, un alfabeto de signos que se desplazan por distintos soportes. Amorales es también cofundador del sello de música rock Nuevos Ricos, otra manera de trabajar tanto estéticamente como con códigos que circulan por ámbitos como el arte, el mercado y lo social.
Su producción no es tan conocida en Chile, pero él sí ha estado atento al país. Conoce la obra de Eugenio Dittborn, Alfredo Jaar y Arturo Duclos, por ejemplo. En 2007, expuso a través de la muestra colectiva Repeat all en Matucana 100. Pero el más profundo acercamiento habían sido las lecturas de Roberto Bolaño. Entonces, aceptada la invitación de Chaco, aprovechó de acelerar un proyecto que le daba vueltas, una película inspirada en la figura del protagonista de Estrella distante, Carlos Wieder.
"El personaje es un poeta de vanguardia fascista, que quiebra el típico esquema del intelectual de izquierda. Pero es tan extremo que, en realidad, sobrepasa los límites de la izquierda y la derecha, desprendiéndose de todo. La idea era muy provocativa, y me movía el piso pensar si existía alguien así o si era metáfora sobre una situación general", dice.
Poeta y piloto de la Fuerza Aérea, implicado en violaciones a los DD.HH. tras el Golpe, el personaje podría tener una base real. Amorales procuró en Santiago seguir pistas y encontrarse con gente que lo aproximara a las historias de Bolaño. Estuvo así con el poeta Diego Maquieira, el editor Sergio Parra, con la escritora Nona Fernández, el cineasta Miguel Littin y el teórico Ronald Kay, entre otros. Amorales dice que conversó con tanta gente y recibió tal cantidad de información, que terminó sintiéndose en crisis, sin saber qué hacer con todo ese registro.
"Hasta ahora, Chile me ha parecido un mundo muy interesante y complejo. La violencia del Golpe (Militar) marca un antes y un después, radicalizándose las posturas, lo que influye en la gran historia y en las pequeñas historias de la gente. Estrella distante deja entender eso", opina.
El artista partió luego a Coliumo, una caleta de pescadores ubicada 50 kilómetros al sur de Concepción. Casa Poli fue un centro de operaciones ideal. El espacio para residencias de artistas es un gran cubículo de concreto, que se levanta solitario frente a una imponente vista al mar. Bajo el sello de Mauricio Pezo y Sofía von Ellrichshausen, es un hito de la arquitectura contemporánea chilena. Pero sobrecoge en especial la relación con esa inmensidad que a Amorales le permitió "un espacio mental para digerir, entender qué subyace y llegar al sustrato" de su proyecto.
Con su equipo de trabajo, se dedicó a recorrer y grabar en la casa, para descubrir un paralelo de sentidos en su relación con el paisaje y el concepto de vanguardia. "Lo importante ya no es tanto juzgar lo que ocurre en Chile, sino cómo se entiende la vanguardia, hasta qué punto como artista me interesa ser vanguardista", afirma.
Amorales se concentra ahora en México, para integrar al registro documental de la película una etapa de ficción. Entre noviembre y diciembre vuelve a grabar en Chile. La idea -anuncia- es estrenar el próximo año tanto aquí como en la 8ª Bienal de Berlín.