A diario en todo el mundo, toneladas de basura son sacadas de las calles. Entre ellas, desechos como chicles, pelos o cigarros, que entraron en contacto directo con la boca de algún ser humano. Y como es usual, no todos se toman el tiempo para buscar un basurero, por lo que utilizan la vía pública sin mayor culpa. Pero, ¿qué ocurriría si este acto anónimo queda revelado gracias a la combinación de ciencia y arte?
Es esto lo que aprovechó la artista y estudiante de doctorado Heather Dewey-Hagborg, quien recorrió las calles de Nueva York para recoger estos desperdicios y extraer su ADN, retratando las características del sujeto a partir de su apariencia externa, como el color de ojos, género y raza, por ejemplo.
Para ello, Dewey-Hagborg utiliza la información obtenida (unos 25 MB de información) que distingue a los elementos individuales de cada persona y lo traspasa a un software que lo convierte en datos generados en tres dimensiones, lo que posteriormente es enviado a una impresora 3D y es convertido en "realidad", aunque no necesariamente implica que en todos los casos el retrato corresponda en un 100 por ciento a su dueño.
En las fotografías, es posible ver el lugar y el objeto recogido del cual se extrajo el material genético para las muestras. Asimismo, la artista utilizó esta misma técnica para hacer un autoretrato y una exposición, que puede ser visitada en este enlace.
FUENTE: Smithsonian Magazine