Arturo Pérez-Reverte aprovechó ayer su presencia en la Feria del Libro de Guadalajara para cargar contra los "ministros analfabetos" que a su juicio han ignorado y maltratado el Quijote. El académico y novelista presentaba su versión del Quijote para jóvenes que le encargó la Real Academia Española, y alentó a la lectura de la obra de Cervantes como un estímulo para alcanzar el entusiasmo y la fe en que las cosas se pueden cambiar. Para el escritor, la importancia del Quijote como elemento educativo y civil es tan alta que, señaló, "da vergüenza que España y México sean de los seis países en los que no se ha sentido que esta obra sea de obligatoria enseñanza y de obligada lectura". Pérez-Reverte se mostró especialmente duro con las autoridades políticas y educativas que, a su juicio, han maltratado a la obra de Cervantes en lo que a planes educativos se refiere, algo que viene, declaró, "de generaciones de ministros analfabetos, uno tras otro, que ignoran qué es el 'Quijote', ni saben para qué sirve".
"Esa dejadez, esa falta de respeto por la cultura, esa ignorancia supina de quienes han estado creando generaciones de jóvenes escolares en España durante muchísimo tiempo, da estos resultados", apuntó el escritor de obras como "El club Dumas", "La Reina del Sur" o "El tango de la Guardia Vieja".
"Al fuego que viene", dijo Pérez-Reverte, "le ayudará leer el Quijote". La obra cervantina, que él ha adaptado para que los escolares y los jóvenes la puedan leer con más facilidad, es un testimonio literario que reclama la igualdad. "A los luchadores por la igualdad les da un nuevo marco ideológico más noble". El Quijote, explicó el escritor, habla al lector de hoy. Su trabajo adaptándolo persigue poner a disposición de los chicos de todo el mundo hispanohablante un instrumento para entender mejor los valores de la obra de Cervantes. La edición ha sido patrocinada por la Academia de la Lengua, según un mandato del Gobierno… hecho hace más de cien años.
El secretario de la Academia, Darío Villanueva, explicó que, en efecto, hace 102 años el Gobierno de entonces instó a la Academia, asistida de un catedrático y del director de la Biblioteca Nacional, a que hiciera una edición de estas características. "Hemos tardado, pero ahora nos hemos quitado la espina". A lo mejor, explicó Villanueva, "ha sido preciso esperar a que alguien como Arturo Pérez-Reverte fuera quien adaptara esta gran obra tan decisiva en la historia de la literatura".
En el proceso de adaptación de esta edición del Quijote, que ha sido publicada por Santillana, Pérez-Reverte explicó que contó con el apoyo de un experto, Carlos Domínguez Cintas, que revisó los textos y actuó de coordinador editorial. El resultado de este trabajo de apoyo al académico ha sido "un libro muy limpio, una herramienta muy útil para entender el Quijote y, por tanto, para entender el mundo que describe".
El mundo es otro, pero los grandes problemas se parecen, así que esta herramienta "puede ser muy útil para que los jóvenes tengan acceso a los valores que el Quijote promueve". La representante de Santillana en la presentación, Rosa Junquera, explicó que "esta que aparece es una obra necesaria, que cubre un hueco" detectado hace más de un siglo. "Será una edición escolar de referencia, hará accesible a los jóvenes la literatura del Quijote con la misma eficacia con que Pérez-Reverte les contó la historia a través de la serie de El Capitán Alatriste".
El Quijote es mucho más que un libro. Según Pérez-Reverte, "ofrece apoyo y consuelo en estos tiempos en que se reclama justicia, cuando las patrias y los sistemas están en cuestión". El texto cervantino es un gran patrimonio de la lengua, “y la lengua es la única patria que no está puesta en cuestión. Es la única patria por la que es decoroso vivir. Todas las banderas son más o menos sospechosas. Y el Quijote es una bandera fuera de toda sospecha".
La de la Fil es la primera presentación que se hace de esta edición del Quijote. Coincide con los actos del tercer centenario de la Academia Española de la Lengua, que están teniendo lugar en la feria internacional del libro más grande del mundo hispano. La ocasión le permitió a Pérez-Reverte, además, reiterar su descreimiento de Europa y su ya conocida pasión por América, adonde acude con sus libros desde que empezó a publicar.
"Europa está muerta", dijo el autor de El pintor de batallas. "El futuro del español está aquí, en Latinoamérica. Estamos en el final de un mundo. Ustedes [los latinoamericanos] son el futuro del mundo. Más vale que lo peleen bien. Algunos les aplaudiremos".