Juan Antonio Pizzi intenta mantenerse al margen de los cuestionamientos hacia su gestión. Evita leer o escuchar críticas. Mientras más se acerca el trascendental duelo ante Perú, el DT sólo se preocupa de intensificar las indicaciones a sus seleccionados. Cada hora que pasa se le ve más motivado en su afán de revertir el complicado momento que atraviesa el último campeón de América.
Ayer, en Juan Pinto Durán, no fue la excepción. Macanudo gritó y corrigió los movimientos de sus dirigidos. También tuvo tiempo para aplaudir un ejercicio de definición de Alexis Sánchez, quien volvió a estar muy efectivo al momento de convertir.
A Pizzi poco le importó que se publicara la cláusula "de caballeros" que, pese a que estipula que su contrato está pactado hasta el Mundial, permite la revisión de ambas partes tras la doble fecha eliminatoria de noviembre. "No le preocupa a Pizzi lo que se hable. Está muy enfocado en ganar el martes", dice un cercano al argentino. Tampoco le causó incomodidad que, durante la mañana, un grupo de hinchas tiraran panfletos pidiendo su salida y la de algunos jugadores de la Selección. En los papeles, se ataca directamente al santafesino: "Ha achanchado (sic) a la selección" y tilda de "cagacolicos (sic)" a Toselli, Gutiérrez, Silva, Pulgar, Roco, Pinilla y a Fuenzalida, llamándolos finalmente como "pechos fríos". Se pide, incluso, que el técnico dé un paso al costado del proceso.
Arturo Salah, en su estilo, llama a la calma. A primera hora se hizo presente en el búnker de la Selección, pero tomando resguardos. Mientras la prensa captaba los primeros quince minutos de la sesión de trabajo matinal, a las 11 horas, el presidente de la ANFP se instaló en el segundo piso del edificio de Macul, siempre acompañado por Felipe Correa, gerente de selecciones. Sólo bajó cuando los periodistas se retiraron del lugar.
Salah venía con una idea clara. Llegó a entregarle tranquilidad a Pizzi, pese a la tensión que se generó por la desastrosa caída en Ecuador. Las críticas se multiplicaron y la chapa de bicampeón de América comienza a desaparecer. La visita de la máxima autoridad del fútbol chileno se ha transformado en una especie de ritual en cada fecha que la Roja juega de local, pero, en esta oportunidad, se hacía fundamental. Una vez que finalizó la práctica, Salah conversó por cerca de quince minutos con el DT. Se les vio sonriendo y lejos de la tensión que se percibe en el ambiente: "Se nota que están a muerte con el profe. Está tranquilo y tiene el apoyo de todos los jugadores", dicen desde el plantel. Salah, tras el duelo ante Ecuador, ya había respaldado la labor del transandino: "Está todo el apoyo para lograr el objetivo de llegar a Rusia. Tengo plena confianza en todos los profesionales que están a cargo de la Selección, así como también en los jugadores", dijo en Quito. Misma postura asumió Andrés Fazio, vicepresidente primero de la entidad: "Hemos tenido unas fechas con muy bajo rendimiento, pero sigo confiando en este equipo. ¿Y Pízzi? Pizzi es parte del equipo", comentó.
El plantel, por su parte, públicamente se cuadra con el DT. Creen que revertir la situación es sólo cosa de tiempo: "La relación con Pizzi está bien. ¿Qué opino que asuma la responsabilidad en la caída ante Ecuador? Habla muy bien de Pizzi como entrenador que se responsabilice. Siempre he dicho que nosotros los futbolistas ponemos y sacamos jugadores. La responsabilidad de la derrota es compartida y pienso que, quizás, es más de nuestro lado", dijo Gonzalo Jara, este viernes, en conferencia de prensa. Su compañero, Marcelo Díaz, agregó que el plan del último campeón de América sólo se enfoca en retomar el rumbo ganador: "Sigo confiando en que a este grupo le falta mucho por crecer, a veces los resultados no se dan pero nuestra idea es dar lo máximo y seguir creciendo".
Pizzi intenta aislarse. No le importa las cláusulas de contrato ni las revisiones. Por ahora.