Arturo Salah vive tranquilo sus últimos días como presidente de Blanco y Negro. El timonel dejará el cargo el próximo martes, luego de casi dos años. Se va satisfecho, porque siente que cumplió los objetivos. "Ahora me tomaré un descanso de dos o tres meses", afirma, relajado, a La Tercera.
¿Por qué renunció?
Creo que se ha cumplido un ciclo y era el momento adecuado, después de conseguir un gran número de metas, de dejar en libertad a la Junta de Accionistas para que elija un nuevo directorio. Hay que tener presente que las condiciones que existían cuando me ofrecieron el cargo eran producto de una carta de consenso y equilibrio entre los diferentes grupos de accionistas, lo que en este momento no es necesario.
¿Mosa rompió el equilibrio comprando más acciones?
Indudablemente que va a haber una variación en la estructura accionaria y eso es legítimo, pero no significa que esté todo definido.
Pero eso ponía en duda su permanencia, porque Mosa quiere ser presidente... ¿Sintió que no había total consenso en torno a usted?
Quiero aclarar que lo que se ha logrado es gracias al directorio, al que presido. Ha sido un trabajo de equipo. Y siempre hay diferencias. Las tuve con Aníbal Mosa, con Leonidas Vial y con otros directores, pero así funcionan las sociedades anónimas. Y es legítimo que pueda haber personas que tengan interés en estar en el puesto de presidente de Colo Colo y eso hay que aceptarlo, es algo absolutamente natural.
¿Cree que podría haber seguido siendo presidente?
¿Sin el control, dice usted? (ríe). No, yo creo que es una etapa cumplida y un trabajo muy extenuante. Es una silla eléctrica estar sentado aquí... Déjeme descansar un poco (vuelve a reír).
¿Por qué una silla eléctrica?
Porque todos los días hay un problema nuevo, todos los días hay que solucionar cosas. Fue un período intenso, no muy fácil, pero, felizmente, lo sacamos adelante y logramos poner a Colo Colo donde corresponde.
¿Hay razones familiares detrás de su decisión?
Sí, pero no son la causa principal. El fútbol tiene una demanda de atención muy fuerte, pero, familiarmente, lo manejamos muy bien.
Si Mosa no le hubiese comprado más acciones a Hernán Levy, ¿habría tomado esta decisión o habría seguido como presidente?
Creo que la habría tomado igual, porque tampoco está muy seguro lo que vaya a pasar. De manera que lo tomo independientemente de la situación final que se produzca.
¿Cómo cree que lo haría Mosa como presidente de ByN?
Aún no está definido, pero le deseo lo mejor. Tiene un gran amor por el club, es un empresario exitoso y mi deseo es que le vaya bien y que mantenga al club en los lugares que está.
¿Le dolieron las declaraciones de los jugadores diciendo que Mosa era el director más cercano a ellos? Lo dejaron como un directivo lejano…
No, porque es así. Como presidente no me corresponde estar día a día con los jugadores y Aníbal lo ha hecho y en buena hora los jugadores lo pueden expresar. Lo que no significa que menoscaben el trabajo de todos los demás. Lo importante aquí es que cuando hay éxito, sea de todos, y que el fracaso de uno, no sea el éxito de otro.
¿No le incomodó la forma de ser de Mosa?
La verdad es que en la vida las personalidades y los caracteres de todos pueden ser diferentes. Eso no significa que no puedan convivir.
De 1 a 7, ¿qué nota se pone?
No, no me evalúo, que los hechos hablen.
¿No se quiere poner nota?
No corresponde, eso es soberbia… (Piensa) Ya, mire, me pongo un 5, para el mejor alumno.
¿Por qué?
Porque el 7 es para Dios, el 6 para el entrenador y el 5 para el mejor alumno.
¿Aprendió mucho en estos dos años?
Sí, aprendí, porque me sirvió para completar una visión y un desafío desde otro punto de vista. Ya he sido jugador, entrenador y presidente de un club, siempre en el fútbol. Esto me ha enriquecido. Me siento agradecido de quienes me trajeron y tranquilo con la decisión que he tomado.
¿Podría haber seguido aportándole a Colo Colo?
Después de haber estado en este cargo se me hace difícil. Como digo, las condiciones por las cuales acepté no son buscadas ahora, no son necesarias, no se necesitan.
¿Se va satisfecho?
Mire, yo partiría por el diagnóstico de cómo encontramos Colo Colo en 2013. Había cerca de 50 jugadores; una evidente relación negativa en cuanto a la inversión versus resultados; un plantel desjerarquizado; nula relación entre el fútbol formativo y el primer equipo y una inestabilidad técnica permanente, que era lo que había producido lo anterior. Y a partir de ese diagnóstico implementamos una serie de acciones para ordenar el club. Una de las primeras fue racionalizar el plantel. Fue una tarea intensa y difícil. Después integramos al staff del cuerpo técnico del primer equipo a nuestros entrenadores de las inferiores, que fueron Tapia y Riffo. En base a eso se empiezan a incorporar jugadores jóvenes y ordenar financieramente el club. Ahora, Colo Colo está tranquilo y el desafío es mantener esta orientación ganadora.
¿Cuál fue su mayor acierto?
Lo más difícil y lo más trabajoso fue la racionalización del plantel. Ése era un tema muy difícil, porque había contratos muy largos y onerosos. Creo que más que traer jugadores en ese momento lo más importante y beneficioso fue lograr esa racionalización y, en base a eso, empezar a construir lo que vino. Y haber integrado a la gente de cadetes al primer equipo y como consecuencia de eso la llegada de Héctor Tapia hace que esto tenga una continuidad y se haya construido esa política deportiva de crecer desde adentro y no desde afuera.
¿Y su mayor error?
Hubo que tomar decisiones importantes... La contratación del primer técnico, que fue Gustavo Benítez, producía mucho consenso. Creo que fue una cosa positiva, a pesar de que los resultados fueron muy malos. Pero con él se inicia esta política de comunicación con el resto del club. De hecho, él trae a su staff a Tito y a Miguel (Riffo) y ahí se produce el inicio de una política que está bien encaminada.
¿Su momento más alegre?
Indudablemente que la obtención de la Copa 30 y también estar invicto ante el rival máximo, la U, ganar los cuatro partidos, todos los que se jugaron en mi época.
¿Su momento más difícil?
Fue en esa época de la renuncia de Gustavo, porque como entrenador conozco el rol y entiendo que hay que apoyar al técnico más allá del resultado del partido del domingo.
¿Qué proyectos quedan inconclusos y le hubiese gustado terminar?
Está el proyecto en carpeta y espero que se logre porque hay muchos directores que también están en eso, pero la infraestructura de cadetes quedó pendiente. Es una cosa que se avanzó, hay varios estudios y hay que elegir la mejor opción. Colo Colo debe hacerlo a corto plazo; el desarrollo de los clubes está ahí.
¿Qué hará el 1 de abril?
No sé, voy a estar en mi casa... Uh, tengo una cantidad de cosas personales que ordenar y poner al día...
¿Va a seguir viniendo al estadio a ver a Colo Colo?
Sí, no sé si a todos los partidos, pero sí los importantes del torneo y la Copa.
Si un equipo le ofrece la banca, ¿qué le diría?
Le diría que no. Cuando llegué dije que iba a cerrar el libro de DT. Ese era el costo.
¿Sus proyectos estarán ligados a cargos directivos?
Puede ser, hay que ver. Entre paréntesis: nunca viví con más ansiedad y con más nervios un partido que estando en este cargo. Ni cuando fui entrenador de Colo Colo, la U, la Selección, o en los grandes clásicos. Estos dos años han sido pesados. Para mí era muy sufrido venir al estadio. Sufría mucho con el equipo.
¿Se siente parte importante de la historia de Colo Colo?
Sí, estuve sacando la cuenta y he participado en siete estrellas de Colo Colo: cuatro torneos nacionales y tres Copa Chile. Y si se da ésta, también me voy a sentir parte. Al final es el club en el que más he estado. Le he dado a Colo Colo siete años de mi vida. No sé si ha habido otro entrenador que haya durado cinco años en Colo Colo…
¿Por qué lo dice?
Es que como dicen que soy de la U... sobre todo cuando llegué decían eso. Ahora espero que no. Ésa es otra cosa importante. Uno palpa el cariño de la gente. Nunca, ni en los momentos más malos, me sentí agredido, como pasó con otros presidentes.
¿Y es de la U o no?
No, pues, soy del fútbol. Ya dije ya que tenía varios colores. Me tratan de estigmatizar con algo. Pasa lo mismo con la política. ¿Por qué no se puede ser sin estigmas, sólo una persona de fútbol, un profesional?
¿Usted cree que se puede?
Puedo y he podido. ¿O tú crees que no quería ganarle a toda costa a la U, o que cuando dirigía a la U no quería ganarle a Colo Colo? Uno se hace profesional. Es diferente al hincha. Es algo positivo no ser hincha cuando uno es un dirigente.