Contrariamente a lo que podría pensarse, Arturo Salah es un hombre de buen humor. "Arreglen un poco las fotos para que salga sin arrugas", dice. El DT está cesante desde agosto, cuando renunció a Wanderers, luego de 14 partidos sin ganar. "Sentí mucho lo de Wanderers, porque había todo un proyecto estratégico. Tampoco soy un romántico; sé que el domingo hay que ganar, si no, la gente con toda razón se enoja", resume el DT.

¿Cómo ha vivido esta cesantía?

He aprovechado para ponerme al día en mis cosas, dedicarme a mi familia y ver fútbol, el campeonato nacional; Málaga, toda la Champions al dedillo.

En ese sentido, ¿cuál es el análisis que hace del Torneo 2013?

Hay una competitividad grande, que no existía en los campeonatos anteriores, con playoffs había alternativa de recuperación. Ojalá  que logremos un estándar y no estemos todos los fines de año diciendo qué modalidad tendrá el próximo torneo.

¿Le incomoda la incertidumbre?

Podríamos imitar a los países desarrollados, que tienen hace años sus torneos. Por ejemplo, en la época que me tocó estar en la Dirección Técnica Nacional (1990 a 1993), con Pellegrini hicimos una presentación en el Consejo de Presidentes sobre la calendarización de todas las competencias anuales. Compatibilizamos los intereses del torneo nacional con los de la Copa Libertadores y la Selección. Colo Colo fue campeón de la Libertadores con un tipo de torneo que ayudaba a eso.

De todos modos, la calendarización, a diferencia de entonces, depende del Canal del Fútbol.

El canal debe entender que si el fútbol se desarrolla y no echa a la gente del estadio, será mejor. Hay que entender que la cosa comercial no puede ir separada de la técnica.

En otro ámbito, ¿cómo toma la llegada de numerosos técnicos extranjeros en el último tiempo?

No estoy contra eso, pero tenemos un pequeño complejo "extranjerizante", que ha significado desvalorizar demasiado a los técnicos chilenos. ¿Por qué? Quizás hay responsabilidad nuestra. No sé si en la formación tenemos un problema.

¿En la formación que entrega el INAF?

No sé, pero hay una paradoja: lo financian los propios clubes, y no aprovechan el producto de esa formación. Hasta en las divisiones menores traen gente de afuera. Es una formación radicalmente diferente a la que nos tocó vivir a los entrenadores antes, que era una cosa de rigor, de terreno. El concepto del INAF es academizar al entrenador y lo que hay que hacer es futbolizar dando un poco más de academia. El entrenador es la proyección natural del futbolista. Alguien que no sido jugador no puede ser técnico.

¿Se perdieron las escuelas?

Las escuelas son tácitas, producto de los liderazgos de personas como Fernando Riera. Hay escuelas que marcaron etapas, como Bielsa. De hecho, del Mundial de 1962, todos fueron técnicos y los de mi generación, el 90% lo somos.

"ME RIO DE QUE ME DIGAN RATON"
Salah explica que el apelativo que se ganó de "ratón" viene de la Copa América de 1991: "Fuimos terceros y le hicimos cuatro goles a Paraguay y Perú. Sólo perdimos con Brasil y Argentina y me trataron de 'ratón'. Había un exitismo enfermante, porque Colo Colo había ganado la Copa Libertadores".

¿Le molesta que le digan así?

Me río un poco. Todas las maneras de jugar son respetables. Los equipos que he dirigido han hecho en la cancha lo que quieren hacer y no lo que el rival los obliga. Eso no es ser ratón. Me gustan los equipos equilibrados, que siempre tengan la posesión de balón. Me dicen "el hombre de los procesos" y nadie se preocupa del desarrollo. Todos están con el ganar mañana.

¿Mantiene la idea de que Colo Colo es la experiencia más importante de su carrera como DT?

En general, las experiencias han sido positivas. La de Colo Colo fue muy buena, porque se lograron seis títulos en cinco años, se hizo un estadio, se vendieron jugadores, se saneó el club que estaba por ir a la quiebra. Hubo un proyecto deportivo que terminó con la obtención de la Libertadores. Luego, la "U" para mí fue una cosa gigantesca, que culminó con el campeonato del 94. Cuando llegué también estaba por desaparecer. Salieron muchos jugadores jóvenes. Se salió campeón tras 25 años. En Huachipato estuvimos tres veces en semifinales y salieron a lo menos siete jugadores jóvenes a jugar internacionalmente: Millar, Mancilla, Jara, Morales, Reynero y Veloso.

¿Se queda con alguno en especial?

Lo de la "U" fue terrible para mí. Tengo la satisfacción que me quiere la gente de Colo Colo y de la "U". Dejé mi sangre en el pasto de Pedreros. Eso era un potrero y había sólo una cancha buena. Se construyeron camarines de cadetes, se profesionalizó toda la formación. En el 86 yo salía con los carabineros del estadio. Felizmente salimos campeones en el primer año. Pero los primeros seis meses fueron terribles.

¿Y cómo catalogaría su segundo proceso en la "U"?

Ingrato. Porque logramos objetivos, clasificamos a la Copa Libertadores, la "U" venía de la quiebra. Pero creo que ahí me sentí muy solo en la lucha. Faltó apoyo de todos, de los jugadores; de todos en general, hubo un tratamiento mediático injusto.

¿Dónde se ve en un par de años?

Dirigiendo, ojalá. Yo me siento jugador todavía. Y espero poder hacerlo en algún lugar que pueda llevar a la práctica todo esto que he hablado en esta entrevista.

¿Le gustaría volver a un equipo grande?

Por qué no. Indudablemente eso tiene más presión mediática, pero al final para mí la presión es la misma.

EN CHILE NO SE VALORA EL TRABAJO DE PELLEGRINI
Arturo Salah tiene fe en el nuevo proceso de la Selección que encabeza Jorge Sampaoli: "Veo con optimismo el proceso porque tenemos buenos jugadores. Tenemos una generación de jugadores muy bien dotados física y futbolísticamente. Están evolucionando en países y clubes importantes. Creo que el gran punto es volver a lograr una cohesión que en un momento mostraron, cohesión de equipo, de grupo, y eso se puede conseguir obteniendo unos buenos resultados".

¿Qué falló en el proceso de Borghi?

A Claudio le tocó vivir cosas extra futbolísticas que, lamentablemente, influyeron en el rendimiento, y lo de la transición de un proceso a otro ojalá no sea tratado como comparación. Los jugadores no le devolvieron la confianza que les dio Borghi, la confundieron inconscientemente, no por maldad.

¿Y le gustaría ver a Pellegrini en la Selección?

A mí me da aprensión el tema, porque somos un país bastante especial, pues la selección chilena en general, en la historia, más ha perdido que lo que ha ganado y rara vez los entrenadores de la Selección salen sin herida. Aunque hayan hecho buenas performances. Ojalá que Manuel tenga las ganas de venir a dar una pelea que no es fácil. Si algún día asume la Selección y le va mal, no se va a manchar su carrera, pero va a ser desagradable. Le pasó a Elías (Figueroa), a (Iván) Zamorano, a (Marcelo) Salas, a los ídolos no los tratamos muy bien.

Una vez usted dijo que no se valoraba el trabajo de Pellegrini… 

Así es. Está haciendo una carrera brillante en Europa, pero acá no lo valoran. Fue campeón en Ecuador, en Argentina con dos equipos, lo que hizo en Villarreal, y ahora en Málaga, que era un equipo que estaba por desaparecer. Ir a España y hablar de él en cualquier parte, se sacan el sombrero. Un respeto absoluto. En Málaga es un dios. Hay pocos entrenadores sudamericanos que se mantienen más de una década en España.