Previo a convertirse en el exitoso deportista del cuadro bávaro y bicampeón de la Copa América, el "Rey Arturo" vivió en San Joaquín, en el sector de El Huasco, donde tuvo una infancia sin comodidades junto a su madre Jacqueline Pardo.
"Ella es lo primero que se me viene a la mente", dijo el futbolista a The Magazine Bundesliga, consultado por sus primeros años de vida. "Cómo luchó, cómo se dedicó a nosotros, todo el esfuerzo que tuvo que hacer para darnos algo sin tener nada".
Ocurrió a los 13 ó 14 años. El momento en que Vidal se dijo a sí mismo que quería convertirse en un futbolista, fue un día que su madre regresó a la casa familiar completamente cansada y abatida. "Yo pensé: 'Esto no puede volver a pasar'. Y decidí hacer tres, cuatro, diez veces más esfuerzo que cualquiera en cada entrenamiento para llegar al profesionalismo".
Ese día llegó en el Campeonato de 2005, cuando Vidal debutó en Colo Colo. "Fue demasiado emocionante. Mi madre me abrazó y lloró. Uno sueña con ese tipo de momentos", recordó el volante del día en que ingresó por Héctor Tapia, en el empate 2-2 con Deportes Melipilla.
Luego, de manera meteórica, el gran nivel alcanzado por Vidal durante el año siguiente hizo que el Bayer Leverkusen se fijara en él.
La recomendación vino desde una de sus leyendas. El ex delantero alemán Rudi Völler, quien viajó a Chile a mediados del 2007 a ver jugadores en su condición de director deportivo del Leverkusen, tenía agendado a Humberto Suazo y Gonzalo Fierro, pero hubo un nombre que llamó su atención.
El ex atacante quedó sorprendido con el juego de Arturo Vidal y no lo perdió de vista hasta que lo llevó a Alemania. "Puede jugar en todas las posiciones", destacó el campeón del Mundial de Italia 90. Fue cuando el equipo alemán compró el 70% de su pase en unos diez millones de dólares, transformándose en uno de los traspasos más caros del fútbol chileno.
En adelante la historia es más o menos conocida: el "Rey Arturo" conquistó el fútbol italiano y regresó al alemán como uno de los mejores mediocampistas del mundo.
Hoy, Vidal parece obsesionado con los títulos. Con su club ha disputado la final de la Champions, y con la Selección lleva dos copas América consecutivas como campeón. Según él, "nuestro éxito radica en mentalidad y también tuvo que ver con el hecho de coincidieron los mejores jugadores de Chile en un mismo equipo. Un grupo de jugadores de los 80 y dos grandes entrenadores: Sampaoli y Pizzi, quienes hicieron que todo funcionara".