Por estos días, Arturo Vidal está pendiente de su inminente traspaso a Manchester United. Si la operación se concreta, Juventus recibirá 60 millones de dólares por su traspaso y el volante nacido en San Joaquín incrementará sus ingresos en US$ 18 millones cada 365 días.
Paralelamente, el seleccionado nacional proyecta su futuro fuera del fútbol y, pese a que su porvenir económico está asegurado, el mediocampista se inicia en los negocios. Ya tiene 27 años y, aunque le quedan varias temporadas en el nivel más alto del fútbol mundial, también se ha dado el tiempo de explorar algunas áreas de inversión.
El mes pasado, Vidal inauguró el Club Chicureo, una estructura que comprende un predio de 20 mil metros cuadrados de superficie y que cuenta con canchas de futbolito, piscina olímpica temperada, salas para practicar yoga y pilates. También se instaló un gimnasio que contara con condiciones parecidas a las que tiene para entrenar diariamente en Italia. La inversión bordeó los US$ 5 millones. No será la única, pues se prevé una nueva inyección de recursos para modernizarlo de cara a la temporada de verano.
Las primeros pasos del futbolista en materia económica son asesoradas por Carlos Albornoz Pardo, primo del ex jugador de Colo Colo y académico de la Escuela de Negocios de la Universidad del Desarrollo. Albornoz, uno de los socios de Vidal en Club Chicureo, se encarga de explorar nuevos proyectos para capitalizar las millonarias utilidades que obtiene el astro de la Vecchia Signora.
"La intención de Arturo es seguir creciendo en la industria del deporte. Estamos evaluando instalar centros polideportivos en otros puntos de Santiago, pero este tipo de proyectos son muy sensibles al valor del terreno. Por eso, demoran un poco más en concretarse", explica el MBA y doctor en Desarrollo de Nuevos Negocios de la Universidad de Florida, Estados Unidos, quien esta semana dictó una conferencia en Filadelfia.
Los nuevos complejos se diferenciarán del que mantiene en el exclusivo barrio de Colina, pues cumplirán un rol social, uno de las principales preocupaciones del astro quien, por ejemplo, es el vicepresidente de la Fundación Deportistas por un Sueño, que ayuda a niños que sufren enfermedades graves.
"Tenemos una línea social. Por ejemplo, en septiembre comenzaremos a colaborar con el club deportivo Legua Juniors, de San Joaquín. También estamos trabajando en San Joaquín para que la cancha del club Huasco sea de pasto sintético. En el Team Vidal, que está a cargo de la escuela de fútbol en Chicureo y lo dirige Ariel Leporatti, trabajamos con un equipo de profesores universitarios. Replicaremos ese modelo. No descarto sumar algunos más conocidos, en la medida en que se abran nuevas escuelas".
Tenis, hípica y China
Robinson Gamonal, ex miembro del equipo chileno de Copa Davis, es el encargado de la academia de tenis que funciona en el polideportivo de Chicureo. "Me llamó Arturo, a través del gerente Gonzalo Santelices, quien trabajó en la Ciudad Deportiva de Iván Zamorano. Me mostraron el proyecto, porque están trabajando en los semilleros y en los programas de formación y creemos que Chicureo es una buena plaza. Las instalaciones son de primer nivel", explica.
El primer objetivo es apuntar al área formativa y, después, dar el salto hacia el alto rendimiento. "Está fascinado con el proyecto. En un principio trabajaremos con niños de la zona, y luego está planificado expandirnos hacia otros sectores, porque el Grupo Vidal quiere fomentar el tenis y el deporte en varias comunas".
La hípica lo apasiona. Mantiene el stud Alvidal que, paulatinamente, suma triunfos en las principales competencias hípicas de Chile. Il Campione y Sono Bianconero son sus principales cartas de presentación. Sigue sus resultados y, en el mediano plazo, buscará nuevos éxitos. En junio, gastó $ 324 millones en la compra de seis potrillos, hijos de Scat Daddy, el potro de moda.
Mientras, su figura, como su cuenta corriente, siguen creciendo: antes del Mundial, una marca de lubricantes china lo sondeó como rostro publicitario. Vidal, en sí mismo, es un buen negocio.