"En Chile hay un grupo de legisladores que quiere promover una ley que permita la eutanasia", advierte el arzobispo de Concepción, Fernando Chomalí, tras una visita relámpago a Santiago para participar en el IV Congreso Nacional de Educación Católica.
El religioso, experto en bioética, acaba de publicar un documento eclesiástico sobre este tema, en una semana que ha estado marcada por diferentes temas vinculados a la llamada agenda valórica. "La Iglesia va a demostrar que la eutanasia es un fracaso de la sociedad, que no supo cuidar, consolar y acompañar adecuadamente al enfermo terminal. Es mucho lo que hoy en día puede hacer la medicina moderna con el enfermo terminal, en términos de que muera tranquilamente. Es la medicina paliativa. Lo que no puede hacer el médico es hacerse parte de un acto de muerte; eso no es un acto propiamente médico", asegura.
En cuanto al aborto y la intención del gobierno de despenalizarlo para tres situaciones: peligro de la madre, inviabilidad del feto y violaciones. ¿Cree que la Iglesia Católica debiera revisar este tema?
La Iglesia tiene una enseñanza clara al respecto. Sin negar que son situaciones muy dramáticas, que requieren un especial acompañamiento social, sicológico, espiritual y económico, no se justifica, bajo ningún título, terminar con la vida de un inocente. Un aborto jamás será una terapia y una terapia jamás puede terminar con la vida de un ser humano. El documento que escribí se lo hice llegar a todos los legisladores y ha sido bien acogido.
¿Qué opina del caso de la menor de 13 años de Carahue, embarazada producto de una violación?
El drama mayor de este caso es la violencia sexual al interior de la familia. Es un drama con el que tienen que lidiar muchas personas, según las estadísticas de la policía. Es el signo más patente de la pobreza espiritual y moral de muchas personas, y de que nos falta mucho como sociedad para cuidar al más frágil. El aborto le agrega otro drama al drama de la violación. Es un acto de violencia que no aporta nada a la sanación de la niña violentada. El aborto es responder con violencia a un acto de violencia. Ello no lo puedo aceptar, porque significaría no reconocerle al concebido valor alguno.
Hay sacerdotes que se han manifestado abiertos no al aborto en sí mismo, pero sí a analizar el tema...
Siempre es bueno conversar, para buscar de manera sincera la verdad. He conocido muchas personas que han descubierto, después de estudiar el tema en profundidad, que el aborto es un daño que se le hace a un inocente, y que el bien de la madre no se puede lograr a través de la eliminación de su propio hijo. Las mujeres acompañadas siempre optan por tener a su hijo.
También se ha debatido en torno al Acuerdo de Vida en Pareja (AVP).
Creo que el AVP es un eslabón más en el empobrecimiento de la familia, entendida como la vida en común y de por vida, de un hombre con una mujer, para ayudarse, amarse, dar vida y cuidar a los hijos. La Iglesia enseñará siempre que ése es el camino que responde de mejor manera a lo que son el hombre y la mujer, al deseo de los hijos, y, para los creyentes, al querer de Dios.
¿Se debe reconocer como familias a las parejas homosexuales.
Creo que estas personas, en cuanto ciudadanos, tienen derechos como todo chileno. Sin embargo, me parece que el derecho del hijo a ser concebido en el contexto del matrimonio, ser educado por sus padres, es un derecho anterior al deseo que puede tener una persona con tendencia homosexual. Al niño se le exige de sobremanera en una relación de este tipo y ello no cuida el mejor interés del niño. Es por eso que no estoy de acuerdo. Aunque también soy enfático en afirmar que en Chile debemos terminar con una mentalidad homofóbica muy difundida y que es muy injusta respecto de estas personas, que merecen respeto y ser tratados con dignidad como todo ser humano.
Respecto de la educación, ¿cree en el actual proyecto de reforma?
Chile necesita urgente una reforma educacional, dado que se pierden muchos talentos de los sectores mas pobres, por la deficiente educación que reciben. Ello exige mejorar la educación pública y promover la profesión de profesor como la más eximia de todas. Cuando ello ocurra comenzará la verdadera reforma educacional. Y terminará cuando quienes la promueven lleven a sus hijos al colegio público del barrio. Lo que sí está claro es que no puede ser que la educación de una persona dependa del dinero de los padres. Hay que cambiar. No creo que, tal como está la reforma, esto se logre. Pero la idea es buena y necesaria, y debemos apoyar todo lo que vaya en favor de la equidad.
En cuanto al examen en el Vaticano de los dichos de tres sacerdotes, ¿Ha dividido esto a los católicos?
El cardenal Ezzati ya aclaró el tema. Lo que sí le puedo decir es que estos sacerdotes han estado siempre cerca de los pobres, los perseguidos, los oprimidos y han mostrado el rostro misericordioso de Jesús en lugares donde ha habido mucho dolor. Han estado muy presentes en situaciones dolorosas de la vida del país, junto al sufriente. Ellos han afirmado la doctrina de la Iglesia en el sentido de que no se puede discriminar a una persona por su condición sexual ni menos hacer mofa de ello. Un católico no puede ser homofóbico, pero también hay que afirmar que el matrimonio se da sólo entre un hombre y una mujer, y que no se puede homologar a otro tipo de relaciones afectivas. No obstante, en la Iglesia siempre ha habido controversias teológicas. Lo importante es que somos una familia muy unida.
¿Qué opina que de haya templos donde se cancelan más de $ 400 mil para celebrar un matrimonio?
Es un tema que tiene que ser muy bien examinado. No puede ser que alguien no tenga acceso a un templo para casarse porque no tiene dinero. Pero tampoco me parece que quien gasta millones en un matrimonio se escandalice porque la parroquia le pide un aporte. En Concepción estas situaciones no se dan con la intensidad de Santiago, porque es una arquidiócesis más pobre y pequeña. Pero siempre hay que estar atento de que pueda haber alguna práctica poco evangélica. En todo caso, quien vive su fe intensamente, da con gusto. Quien ve el templo como un "galpón que se arrienda" siempre encontrará que es mucho.