El alza de presión que sufrió ayer el presidente Luiz Inacio Lula da Silva, que lo obligó a desistir de  participar en el Foro Económico de Davos, se debió a su  intensa agenda y al estrés de los comicios presidenciales, afirmaron hoy miembros del gobierno brasileño.
 
Los funcionarios dijeron que el presidente, de 64 años, mantiene  una intensa agenda de negociaciones para la formación de una  alianza, de cara a los comicios presidenciales del 3 de octubre, y que el cuadro de hipertensión arterial  posiblemente está relacionado con esas actividades, apuntó el canal local, Globonews.

Lula canceló su viaje a Suiza -donde recibiría el premio, Estadista de Oro, en el foro económico- tras sufrir una crisis de hipertensión que lo tuvo internado durante ocho horas en en el Real Hospital Portugués, al noreste de Brasil.

El mandatario estaba en el avión presidencial en la ciudad de Recife, la noche de ayer, cuando sufrió la crisis de salud, lo que llevó a su médico a determinar que no estaba en condiciones de viajar.

El ministro de la Secretaría de Comunicación, Franklin Martins, dijo que Lula reposaría hasta el lunes en su residencia particular en Sao Bernardo do Campo, en la periferia industrial en Sao Paulo, para recuperarse.

"Se trata de un conjunto de factores, (como) estrés y cansancio. La presión del Presidente se normalizó después de haber llegado a 180 por 120. Fue un cuadro esporádico", señaló por su parte el médico Cleber Ferreira.

El mandatario, que tenía previsto participar en Davos, será representado por el presidente del Banco Central de Brasil, Henrique Meirelles, según informó el gobierno en el blog de la presidencia.