El sacerdote José Flores Preciado, de 83 años, fue asesinado por varios delincuentes al tratar de evitar que robaran la capilla de Cristo Rey que estaba a su cargo en Jalisco, oeste de México, un caso que consternó a la localidad, informaron este jueves fuentes eclesiásticas.
"Lo golpearon para robarlo, la cara quedó desfigurada, todavía estaba con vida cuando lo trasladaron al Hospital Regional Universitario", dijo el rector de la Catedral, Jesús Mendoza Preciado, quién señaló que Flores ya había recibido amenazas de extorsión.
"El problema es que el padre ahí no tenía dinero. Yo pienso que eso exasperó a los asaltantes y entonces lo empezaron a golpear", comentó Mendoza Preciado, mientras cientos de personas acudían a su velatorio en Colima, a 200 km de Guadalajara, la capital estatal.
El presbítero Mendoza comentó que el año pasado ocurrieron siete extorsiones y un intento de secuestro en contra de sacerdotes de la diócesis de Colima.
El lunes, tres sacerdotes fueron asaltados y secuestrados en Durango (norte), pero lograron escapar cuando se volcó la camioneta en que viajaban y resultaron ilesos.
En el estado de Jalisco y su vecino Michoacán, el cártel Los Caballeros Templarios se enfrenta con la banda Nueva Generación por el control de actividades criminales como narcotráfico, secuestro y extorsión.
La lucha militarizada en México contra el crimen organizado y las disputas de los cárteles dejaron más de 70.000 muertos en los últimos seis años, según cifras oficiales.
El presidente Enrique Peña Nieto, que asumió el cargo el 1 de diciembre, ha dicho que el ejército permanecerá en las calles, pero también anunció la creación de una gendarmería capacitada y profesional para enfrentar al crimen organizado.