Un hombre que pidió la pena de muerte por el secuestro y asesinato de una anciana hace casi diez años fue ejecutado este miércoles en el penal de Greensville, en Huntsville (Texas), informaron fuentes judiciales.
Danielle Simpson, de 30 años, murió nueve minutos después de que se le administrara por vía intravenosa una inyección letal en ambos brazos, dijo una portavoz del penal.
"Quiero que le digan a mi familia que los amo a todos. Les voy a echar de menos... estoy listo", dijo Simpson, relató la portavoz.
A comienzos de este año un tribunal federal dio lugar a una petición de Simpson de retirar todas las apelaciones al castigo, pero posteriormente se retractó y autorizó a sus abogados para que trataran de salvarlo del castigo.
Sin embargo, una hora antes de la ejecución el Tribunal Supremo de EE.UU. rechazó un recurso de último minuto en la que los abogados alegaban que el condenado tenía una incapacidad mental que le impedía decidir sobre las apelaciones.
Simpson fue condenado a muerte por el secuestro y asesinato en la localidad de Palestine de Geraldine Davidson, de 84 años, a la que lanzó a un río tras golpearla brutalmente.
Según los fiscales, Simpson irrumpió en la casa de la mujer y tras amenazarla con un cuchillo en el cuello le ordenó que le entregara el dinero que llevaba en su cartera.
Posteriormente, amarró a la anciana y la introdujo en el maletero de su automóvil.
Según los testimonios presentados durante el juicio, Simpson, su esposa, Jennifer, y un primo de 13 años recorrieron el lugar durante varias horas para comprar marihuana y cocaína.
Posteriormente visitaron a un pariente, a quien Simpson mostró a su víctima en el maletero del coche.
Por último, se dirigieron al río Neches, donde tiraron al suelo a la anciana, la patearon en la cara, le ataron las piernas y lanzaron su cuerpo a las aguas.
Un médico forense determinó que la anciana todavía estaba viva cuando su cuerpo cayó al río.
La de Simpson fue la ejecución número 22 este año en Texas, donde el martes un juez federal accedió a aplazar durante 90 días la ejecución de un doble asesino luego de que sus abogados argumentaron de que es un perturbado mental.