Asesor jurídico de la Organización Internacional para las Migraciones: "Es evidente la necesidad de una nueva política migratoria"
"Es positivo que un fenómeno importante, co"o es el dinamismo de los flujos migratorios y sus efectos en la sociedad chilena, sea objeto de atención pública", dice Jaime Esponda Fernández.
"Sería un mal ejercicio comenzar analizando modelos de otros países para 'imitar". Esta es la premisa con la que parte el asesor jurídico de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) Jaime Esponda Fernández al revisar el fenómeno migratorio en Chile y analizar las condiciones para establecer un modelo de migración en el país.
¿Cómo observa la OIM el actual debate que se está dando en Chile sobre la inmigración?
Es positivo que un fenómeno importante, como es el dinamismo de los flujos migratorios y sus efectos en la sociedad chilena, sea objeto de atención pública, siempre que la información sea objetiva, carente de estereotipos y centrada en los intereses comunes del país y de las personas que inmigran. La objetividad obliga, en primer lugar, a reconocer las verdaderas dimensiones del fenómeno, es decir, que no existe en Chile una explosión inmigratoria y mucho menos una proliferación de inmigración irregular, sino solamente un notable crecimiento porcentual de los flujos, lo cual deriva en una población migrante porcentualmente modesta (2,7%), que en su gran mayoría se encuentra regularmente integrada al mercado del trabajo y respeta las leyes chilenas. Pero, en seguida, es indispensable precaver la posibilidad de un aumento significativo de dichos flujos migratorios no solo hacia Chile, sino también hacia otros países del Cono Sur. Y, en consecuencia, es también necesario, en el marco de este debate, discernir, en conjunto con los países vecinos, políticas y programas aptos para absorber ordenadamente el fenómeno. Lo que no se puede hacer es desconocerlo o rechazarlo.
¿Cómo definiría la política de inmigración de Chile respecto de otros países de la región?
En el contexto de una legislación desfasada, la más atrasada de América Latina, como lo han señalado las autoridades, si bien no ha existido una política de Estado en forma, es justo reconocer la buena voluntad y la conciencia humanitaria de los responsables de la administración, que en los últimos años han adoptado medidas que favorecen la inclusión de los migrantes en los ámbitos laboral, de salubridad, educacional y de vivienda. Sin embargo, es evidente la necesidad de una nueva política migratoria, para cuya implementación es indispensable un marco normativo moderno y con enfoque de derechos humanos.
¿Qué modelos de política de inmigración aplicados en otros países cree que podrían ser imitados en Chile? ¿El de Canadá, por ejemplo?
Sin duda, el caso que usted coloca, Canadá, es un ejemplo para muchos países, con su política migratoria, que ha conducido a que la mayoría de los canadienses son descendientes de inmigrantes. Pero pienso que sería un mal ejercicio comenzar analizando modelos de otros países para "imitar". El punto de partida debe ser Chile, su realidad, sus necesidades, sus posibilidades, las perspectivas inmigratorias. En seguida, parámetros jurídicos inexcusables, como son el respeto a los derechos humanos. Sobre esas bases, obviamente es conveniente analizar experiencias internacionales y pienso también en realidades más cercanas a la situación chilena, como han sido, por ejemplo, los planes migratorios en Andalucía.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.