Cinco días después de iniciada ofensiva aérea estadounidense en el norte de Irak para ayudar a los kurdos en su intento por frenar el avance del grupo yihadista Estado Islámico (ex Isis), el gobierno del Presidente Barack Obama confirmó ayer que podría enviar tropas terrestres para asistir las labores iraquíes de rescate a las miles de personas que hace días están acorraladas en una cadena montañosa. "Analizamos la posibilidad de establecer corredores (humanitarios), realizar evacuaciones aéreas", explicó ayer el consejero adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Benjamin J. Rhodes.
El funcionario aclaró que cualquier decisión sobre cómo llevar a cabo un eventual salvamento tendrá lugar después de que Obama escuche las recomendaciones que haga un grupo de asesores militares que desde el martes evalúa en terreno la situación, consignó el diario estadounidense The New York Times.
Junto con señalar que el mencionado informe estará listo en unos días, Rhodes, no desechó la posibilidad de que los asesores militares puedan llegar a desplazarse para tener contacto con los refugiados internos, con todos los riesgos que ello implica. "Lo que está descartado es la reintroducción de las fuerzas estadounidenses en combate", dijo. La semana pasada, Obama había enfatizado que las tropas enviadas a Irak no entrarían en combate. En ese contexto, unos 20 soldados norteamericanos efectuaron ayer una misión de reconocimiento en la cadena montañosa. "Tuvieron contacto con los refugiados" y luego retornaron a Erbil (capital del Kurdistán iraquí), indicó un oficial del Pentágono a la agencia France Presse.
Previo a que trascendiera dicha incursión, el Departamento de Defensa había informado que el equipo enviado a Irak está conformado por unas 130 personas, principalmente marines y miembros de las fuerzas de operaciones especiales. El titular del Pentágono, Chuck Hagel, comentó que el grupo se unirá a las 450 tropas estadounidenses que ya están en Irak. Su misión será "evaluar el alcance de la misión humanitaria y desarrollar opciones de asistencia humanitaria adicionales más allá del actual lanzamiento aéreo en apoyo de los civiles iraquíes desplazados atrapados en las montañas de Sinjar por el EI", dijo un oficial de Defensa en una declaración consignada ayer por el Pentágono.
LOS YAZIDÍES
La gran mayoría de los entre 20.000 y 30.000 iraquíes que el EI mantiene acorralados hace días en los mencionados montes son miembros de la minoría religiosa yazidí, que en Irak suman alrededor de 500.000 personas.
Hasta antes de que el EI intensifica sus ataques en el norte de Irak, este grupo étnicamente descrito como kurdo vivía principalmente en la provincia de Nínive. Su actual calvario comenzó los días 2 y 3 de agosto, cuando los yihadistas tomaron control de la ciudad de Sinjar, hogar ancestral de esta minoría religiosa que basa su credo en el zoroastrismo, que a su vez toma como referencia las enseñanzas del profeta y reformador iraní Zoroastro (quien habría nacido el siglo VI antes de Cristo). Ahí comenzó el éxodo que llevó a miles a buscar refugio en áridos montes con altas temperaturas.
Las acciones de EI también han provocado el desplazamiento de cristianos y musulmanes chiitas del norte iraquí.
La investigadora de Amnistía Internacional Donatella Rovera denunció en conversación con el diario español El Mundo que el Estado Islámico "está practicando una limpieza étnica... porque la gente no podrá ni pensar en volver a sus casas mientras el EI siga controlando la zona".