Así es el documental sobre Carrie Fisher y Debbie Reynolds
Bright Lights, sobre la relación de amor entre madre e hija hollywoodenses, se estrena esta noche a las 22 horas por HBO.
Quizás la secuencia más triste de Bright Lights, el documental sobre Carrie Fisher y Debbie Reynolds es esta: Fisher está en la producción de los SAG Awards, donde se honrará con un premio a la trayectoria a su madre, que por esos días de 2015, estaba sintiéndose mal y cansada. Fisher insiste que debe estar cerca del escenario, que debe tener dónde descansar -que no sea humillante, dice-, está preocupada. Y se pone a llorar. La mujer de casi sesenta años que es un torbellino de bromas se quiebra, al darse cuenta de la vejez y el inminente desenlace que se aproxima a su madre, una de las pocas sobrevivientes del viejo Hollywood. Verlo hoy, cuando la hija murió antes que la madre, y esta la siguió un día después a la tumba, adquiere otra dimensión; la vida a veces se salta los órdenes lógicos.
Bright Lights, dirigida por Fisher Stevens, tuvo un paso por varios festivales, como Cannes, y llega esta noche a las pantallas (22 horas por HBO), con el sentido de urgencia que trajo la muerte de ambas estrellas hace unas semanas. La película es un viaje al mundo de una madre y su hija, habitantes de un curioso mundo llamado Hollywood. Entre material de archivo -maravillosas grabaciones caseras-, y el seguimiento a ambas, que eran vecinas, se reconstruye la vida de cada una por separado; los divorcios y reinvenciones de Debbie, la vida frenética de Carrie, pero el centro está puesto en la interacción entre ambas.
La película también muestra que aunque amigas, eran estrellas de eras muy distintas. Debbie Reynolds practicamente creció en los set de MGM, y vemos sus fotos en donde se ve su adoración para Cary Grant, Frank Sinatra y más. Reynolds dice ser feliz con los fantasmas que habitan su memoria. También, como buena actriz de la época donde todo tenía que ser perfecto, Reynolds está siempre lista para la cámara, no deja que la filmen un día en que está muy mal, y aunque para la entrega de premios se ve confundida camino a la ceremonia, una vez arriba del escenario, se despeja. "Envejecer es horrible para todos, pero ella cae de una altura mayor", dice Carrie.
Fisher, por su parte, hizo de la transparencia su bandera de lucha y su salvación, y en la película se ve hasta ejercitando para perder kilos extra, obligada por Star Wars. También la película la sigue a una de las convenciones de fanáticos -donde se cobra US$70 por autógrafo-. Aunque queda agotada de los encuentros, termina diciendo: "Ellos aman a Leia y yo soy su custodia".
Bright Lights es finalmente una historia de amor,entre una madre y una hija, y el mundo de luces que las rodeó.
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