El morbo estaba instalado. Waldo Ponce regresaba a la convocatoria de un partido de Universidad de Chile, y su retorno a las canchas era un hecho inminente. El plan inicial de Martín Lasarte, eso sí, era utilizarlo en los minutos finales, para que el zaguero diera una clara señal de recuperación y de ganas de mantenerse vigente.

No obstante, todo se precipitó. Se jugaban recién 34 minutos cuando Benjamín Vidal se tendió sobre el pasto, por una contractura. Lasarte no dudó y mandó al ex seleccionado a realizar el trabajo precompetitivo.

No hubo muchas instrucciones. Tampoco el calentamiento se extendió demasiado. A los 37', el defensor central ya corría hacia el centro de la última línea azul.

Una vez en la cancha, el nacido en Los Andes entró rápido en sintonía. La primera pelota que tocó, al cuarto minuto de descuento de la primera parte, fue un balonazo largo, que terminó en el tiro libre que Gustavo Canales transformaría en el 2-0.

Su voz de mando parece inalterable. No tuvo toda la movilidad que se espera de un jugador profesional -entendible por el largo período de inactividad-, pero ordenó con insistencia a sus compañeros del bloque defensivo, sobre todo a los laterales Paulo Magalhaes y Joao Ortiz. Tampoco estuvo fino en los cruces, pero cada vez que falló, apareció Osvaldo González para enmendar el error y darle una palabra de aliento a Ponce, quien luchaba consigo mismo para que no se notara demasiado el tiempo alejado de la actividad. Su mayor preocupación fue no quedar nunca mal parado, y cumplió.

En líneas generales, fue un reestreno tranquilo. Sin embargo, debió irse expulsado. A los 68', llegó tarde a un cruce y le cometió una dura infracción a Leonardo Valencia, que le valió la amonestación. Luego, a los 81', le cometería un foul aún más violento que al propio Valencia. Jorge Osorio, eso sí, entendiendo el contexto, sólo le sonrió, y lo invitó a bajar las revoluciones. Al final, más que celebrar el triunfo, sus compañeros lo abrazaron uno a uno. Él era el personaje del día.

"Estoy emocionado. Sólo puedo agradecer a todas las personas que estuvieron conmigo durante todo este tiempo. Fue un proceso largo, pero al fin estoy de vuelta", dijo el defensor después del compromiso. Además, agregó: "Me sentí bien en todo sentido. Tanto en lo futbolístico como en lo físico, excepto al final. Me pasó la cuenta la inactividad, pero lo resolví bien. Estoy muy feliz de volver a hacer mi trabajo".

Finalmente, reconoció que ha sufrido "mucho" por la mala campaña. "Sobre todo viviéndola muy de afuera. Pero ya estoy de vuelta, y con ganas de aportar en lo que sea necesario. Voy a seguir trabajando duro como hasta ahora", avisó. El calvario de Ponce parece haber llegado a su fin.