Las circunstancias son parecidas: el primer ministro promete renegociar los términos de la afiliación del país a Europa y después deja que los electores tomen la decisión si deben pertenecer o no al bloque.

El gobierno urge al público que vote por "sí" pertenecer.

Varios miembros del gabinete se oponen a ello y realizan su propia campaña por el "no".

Si suena familiar es porque esto, que ocurrió hace 41 años, está ocurriendo nuevamente en Reino Unido: los británicos se preparan para votar, el 23 de junio, en un nuevo referendo sobre su permanencia en la Unión Europea.

En el primero, realizado el 5 de junio de 1975, el gobierno del primer ministro laborista de Harold Wilson preguntó a los electores:

"¿Piensa usted que Reino Unido debe permanecer en la Comunidad Económica Europea (el Mercado Común)?".

Afiliación

Reino Unido se había afiliado a la CEE en 1973, durante el gobierno conservador de Edward Heath.

Pero durante las campañas electorales que siguieron, en 1974, el Partido Laborista prometió que la gente podría decir "en las urnas" si quería seguir perteneciendo al Mercado Común.

Así, cuando los laboristas ganaron la elección cumplieron su promesa.

Este fue el primer referendo que se realizaba sobre el tema en todo Reino Unido. Previamente, había habido referendos individuales en Escocia, Gales, Irlanda del Norte, Londres y sus alrededores, y otras ciudades.

Hoy las cosas parecen estar repitiéndose.

Durante su campaña electoral para las elecciones de 2015, el primer ministro conservador David Cameron prometió que, si resultaba ganador, llevaría a cabo un referendo sobre la pertenencia del país a la UE.

Antes de ello, dijo, renegociaría los términos de la afiliación a Europa.

Esta promesa fue en respuesta a los pedidos de varios de sus propios parlamentarios conservadores y del derechista Partido de Independencia de Reino Unido (UKIP, por sus siglas en inglés), que argumentaban que este país no había expresado una opinión sobre el tema europeo desde 1975.

Estas voces alegaban que la UE había cambiado mucho desde entonces y que había adquirido demasiado control sobre la vida diaria de los británicos.

Entonces Cameron cedió: "Es el momento de que el pueblo británico exprese su opinión. Es momento de resolver esta cuestión europea en la política británica".

Hoy, la pregunta que responderán los británicos el próximo 23 de junio será:

"Debe Reino Unido permanecer como miembro de la Unión Europea o salir de la Unión Europea?".

Divisiones

Cuando Harold Wilson anunció que llevaría a cabo un referendo sobre Europa, la entonces nueva líder del Partido Conservador -de oposición- Margaret Thatcher, criticó la decisión del gobierno laborista como una "estrategia para superar las divisiones dentro de su propio partido".

En 2016 podría decirse lo mismo sobre el referendo del gobierno de David Cameron.

En 1975, los partidos Conservador y Laborista estaban profundamente divididos sobre el asunto. Hoy se repite esa historia.

Y las campañas que se llevaron a cabo hace cuatro décadas tienen más que una leve semejanza con lo que está teniendo ahora lugar.

Hoy David Cameron apoya la campaña por el "sí".

En 1975, la líder de la oposición Margaret Thatcher, apoyó la permanencia del país en Europa, uniéndose así a la causa del gobierno laborista.

"El primer ministro tiene que depender más de sus opositores políticos que de sus supuestos amigos políticos para asegurar la decisión sobre Europea que él considera correcta para Reino Unido", declaró Thatcher en el Parlamento el 8 de abril de 1975.

"Se ha sugerido en algunos lugares que mi partido podría encontrar tentador retirar su apoyo para avergonzar al primer ministro, pero nosotros consistentemente hemos votado a favor de Europa y no pensamos cambiar de parecer en este asunto", agregó.

Muchos políticos conservadores que hoy están respaldando la salida de la UE -como el exalcalde de Londres, Boris Johnson- quizás no ven con buenos ojos las imágenes de la época en las que Thatcher presenta apasionados argumentos para quedarse en Europa.

"Todos deben presentarse a este referendo y votar sí, para que el asunto se resuelva de una vez por todas, para que estemos realmente en Europa y listos para seguir adelante", dijo Thatcher en una entrevista a la televisión en 1975.

Hoy el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbin, se ha unido a la causa del gobierno conservador de David Cameron apoyando la permanencia en la UE, aunque ha dejado en claro repetidamente que "no está en el mismo lado del argumento" de Cameron.

"Imagínate lo que los Tories (Conservadores) harían con los derechos de los trabajadores en Reino Unido si votamos para salir de la UE en junio", escribió Corbin en el sitio web del Partido Laborista.

"Abandonarían, con la mayor velocidad posible, los derechos para equidad de salario, horario de trabajo, derecho a vacaciones, derechos de empleados de agencias y pagos de maternidad. Sería una hoguera de los derechos que aseguraron los gobiernos laboristas dentro de la UE".

Este, dice el líder laborista, "es un fuerte argumento socialista para permanecer en la Unión Europea. Igual que hay un poderoso argumento socialista para reformar y hacer cambios progresivos en Europa".

Los principales temas

Según los informes de la época, los principales asuntos sobre los que se basaron los electores para votar en el referendo fueron la economía, la defensa, el papel de Reino Unido en los asuntos internacionales y la seguridad y paz futuras.

En 1975 muchos tenían recuerdos relativamente frescos sobre la Segunda Guerra Mundial y una cooperación más cercana con Europa era vista como crucial para evitar un conflicto futuro.

Hoy, los temas más candentes son la inmigración y control de las fronteras británicas, la economía y la soberanía nacional.

El 5 de junio de 1975 el público británico dijo Sí a Europa. Los resultados del referendo mostraron que 67,5% de los electores -17.378.581 personas- votó a favor de permanecer.

Roy Jenkins, uno de los diputados laboristas que apoyo la campaña por el "sí", pensó que esos resultados solucionarían, de una vez por todas, "el asunto de Europa".

"Esto deja la incertidumbre en el pasado. Compromete a Reino Unido con Europa".

Jenkins no se imaginó que la historia se repetiría y que esa incertidumbre sobre Europa seguiría presente 41 años después.