Ha sido uno de los temas álgidos en la campaña, pero en el nuevo Congreso no hay muchas dudas: la gratuidad en la educación superior debiera ampliarse en los próximos cuatro años. Al menos el 61,3% de los diputados y el 51,2% de los senadores optan por esa alternativa en vez de mantener la cobertura actual o, derechamente, terminar con el sistema. Entre ellos, tres senadores y 19 diputados de Chile Vamos.
Esto, en la práctica, significa que el nuevo Presidente se encontraría con un Parlamento llano a implementar dicha fórmula en caso de que se requiera su votación.
No ocurre lo mismo con el fin de las AFP, uno de los temas levantados como bandera en esta elección por los conglomerados de izquierda. Pese a que por lo menos 17 de los 20 diputados del Frente Amplio quieren hacerlo, las cifras, en general, no los acompañan para ese objetivo: el 57,4% de los diputados y el 60,5% del Senado prefiere reformar el sistema de pensiones sin acabar con las administradoras.
Este planteamiento es unánime en Chile Vamos en ambas cámaras, y genera fuerte división en los partidos de la actual Nueva Mayoría: proporcionalmente, muchos más diputados que senadores del bloque están a favor de terminar con dichas instituciones. A nivel de partidos, el quiebre principal es con la DC: el 64,3% de sus diputados y la mitad de sus senadores se oponen a eliminar las AFP.
Donde no existe esa división es en el tema de derogar la Ley Reservada del Cobre: apenas tres parlamentarios del actual oficialismo -un diputado y dos senadores- se opondrían a hacerlo, algo que se replica en las bancadas del Frente Amplio, el Frente Regionalista y los independientes. Eso genera amplia mayoría en ambos hemiciclos, pues en Chile Vamos las posturas varían: de hecho, nueve de sus 19 senadores y 27 diputados respaldarían la modificación.
Y un punto que de acuerdo a los datos podría generar una apasionante y cerrada discusión en el nuevo Parlamento es el de las isapres. Al momento del cierre del censo parlamentario, la pelea era voto a voto y ningún sector tenía mayoría absoluta en ninguna de las dos cámaras: si en diputados predominaba por tres votos la idea de terminar con dichas instituciones y crear un sistema público, en el Senado la postura contraria tenía dos votos de ventaja. Sin embargo, ninguno lograba estar aún cerca de los 78 votos en la Cámara y los 22 en el Senado necesarios para el cambio.
Así, todo quedó pendiente de la postura de quienes no respondieron el sondeo o que, aunque lo contestaron, prefirieron no tomar posición en la pregunta específica
