En el sector de Martin Place, en Sydney, un hombre de 49 años mantuvo retenidos a un grupo de 17 rehenes por más 16 horas en una cafetería. El sujeto, identificado Man Haron Monis, un auto proclamado clérigo musulmán murió durante un enfrentamiento con la policía local que intercedieron en el local comercial para rescatar a los sujetos que se encontraban capturados.
El cuerpo de policía confirmó la muerte tres personas, entre ellas el atacante. Además, fallecieron dos rehenes, un hombre de 34 años y una mujer de 38 años, quienes fueron trasladados hasta el hospital, pero no pudieron ser rescatados.
Además,
dos mujeres fueron ingresadas al hospital, aunque sin riesgo vital, mientras que un oficial de policía fue alcanzado por una bala
, sin embargo tampoco presenta heridas de gravedad. Otras dos personas llegaron al centro asistencial como precaución.
El incidente comenzó cerca de las 9:00 horas de la mañana del lunes en Sydney cuando un sujeto ingresó al Café Lindt y extrajo un arma de un bolso azul, logró desactivar las puertas automáticas del local para capturar a todas las personas que se encontraban dentro, trabajadores y clientes. Durante el día, cinco personas lograron escapar: tres hombres y dos mujeres.
Entre los primeros rehenes en escapar, se encontraba una
joven barista del café, Elly Chen
, quien al salir fue capturada por las cámaras y se transformó en la primera víctima visible del ataque. Horas antes, Chen había sido obligada a mostrar por la ventana una bandera con una inscripción en arabe destacando que el único Dios existente es Alá.
La policía del estado de New South Wales delimitó un perímetro que se mantuvo cerrado durante el ataque, además mantuvieron la comunicación con Monis, quien les entregó sus peticiones. Luego de un tiempo, el secuestrador le permitió a algunos rehenes comunicarse al exterior a través de sus teléfonos para hacer públicas estas peticiones: una bandera del Estado Islámico y hablar con el Primer Ministro australiano Tony Abbott.
El comisionado del estado de New South Wales, Andrew P. Scipione, señaló que "esto es un incidente asilado, no permitamos que este incidente asilado destruya la forma en que vemos la vida en este país".
Mientras que el premier de la localidad, Mike Baird, entró las condolencias a las familias de los fallecidos y sus oraciones a todos los rehenes que se mantuvieron en aquella situación de estrés.