"¿A qué clase media pertenece usted?". Esa fue la pregunta que Moisés Naím se formuló en la columna del pasado fin de semana en El País y La Tercera. En ella el intelectual venezolano recordaba un análisis escrito por él hace seis años, donde aseguraba que "la principal fuente de los conflictos venideros no van a ser los choques entre civilizaciones, sino las expectativas frustradas de las clases medias que declinan en los países ricos y crecen en los países pobres".
Para refrendar esta última aseveración, Naím citó en su columna un importante estudio que acaba de ser publicado por el economista Homi Kharas, uno de los más respetados estudiosos sobre el tema. En la investigación, el subdirector del Programa de Economía y Desarrollo Mundial de la Brookings Institution apunta precisamente al apogeo de la clase media en los países pobres.
"Hace siete años publiqué un conjunto de proyecciones sugiriendo que la emergente clase media en los países en desarrollo estaba a punto de crecer", recordó Kharas en un artículo que publicó la semana pasada en el portal The Hill. Allí el investigador reconoció haberse quedado corto en las estimaciones sobre este segmento, integrado por personas con ingresos diarios de entre US$ 10 y US$ 100 al día, según define el Banco Mundial. "Hoy en día, la clase media mundial, con alrededor de 3.200 millones en 2016, puede ser considerablemente mayor -en unos 500 millones de personas- que cuando intenté estimar su tamaño" en 2010, afirmó.
Según el estudio de Kharas, la tasa de crecimiento de la clase media, en números absolutos, "se aproxima a su peak de todos los tiempos". Alrededor de 140 millones ya están ingresando a la clase media anualmente y este número podría llegar a 170 millones en cinco años. "Esto implica que en dos o tres años podría haber un punto de inflexión donde la mayoría de la población mundial, por primera vez, vivirá en hogares de clase media o ricos", destaca.
La clase media está creciendo en todas partes en el mundo en desarrollo, pero los números son por lejos más grandes en Asia. El 88% de los próximos mil millones de integrantes de la clase media mundial, vaticina Kharas, estarán en ese continente: 380 millones en India, 350 millones en China y 210 millones en otros países asiáticos. Así, para 2030, los asiáticos podrían representar dos tercios de la población mundial de este segmento.
En términos económicos, el avance de la clase media también es significativo. Globalmente este sector ya está gastando US$ 35 billones al año. Ahora representa un tercio de la economía global. Y podría gastar US$ 29 billones más en 2030. Sólo US$ 1 billón de esta suma provendrá de un mayor gasto en las economías avanzadas.
Según los datos de 2015, el consumo de las clases medias se distribuyó casi de manera equitativa entre países desarrollados y en desarrollo. Pero en los próximos años se prevén cambios. El mercado de clase media en las economías avanzadas ha madurado y se prevé que crezca sólo de 0,5% a 1% al año, mientras que el mercado de clase media en las economías emergentes es mucho más dinámico y podría registrar tasas de crecimiento anual del 6% o más. Para 2030, Asia representará más de la mitad del total del mercado de consumo de clase media.
Las implicaciones sociales de una clase media más grande también son importantes. Según el estudio de Kharas, hay poca evidencia que sugiera que una clase media más grande creará presiones por una gobernabilidad más democrática o por una mejor prestación de servicios públicos, "ambos requeridos para un crecimiento sostenido". "De hecho, los gobiernos podrían mostrarse incapaces de satisfacer las crecientes expectativas de los programas de mejora para la clase media, como la atención de salud universal, la educación pública, las pensiones y la vivienda asequible, sin recurrir a aumentos de impuestos profundamente impopulares", concluye.