En una entrevista concedida desde la embajada ecuatoriana en Londres, donde permanece refugiado desde el  pasado 19 de junio, el fundador de Wikileaks, Julian Assange, dijo estar convencido de que acabará viajando a Ecuador y detalló su día a día en la legación, lo que dijo es vivir como en una "estación espacial".

"Creo que es inevitable", declaró a una periodista del Mail On Sunday, en respuesta a su pregunta sobre su eventual partida a Ecuador. "No me van a abandonar aquí. Desde Ecuador, mi equipo y yo podremos hacer viajes a países  amigos".

Por otro lado, Assange considera que las acusaciones de agresiones sexuales lanzadas por dos ciudadanas suecas, origen de la orden de arresto que Estocolmo emitió contra él, caerán: "puede llevar tres meses, puede ir más rápido",  explicó.

Mientras espera, la vida que lleva en la embajada, en una sola habitación con un colchón en el suelo, según la descripción del diario, "se parece a la vida en una estación espacial".

Assange hace regularmente ejercicio con un entrenador (un militante) y  corre en una máquina de ejercicios cada día, pero "su salud se deteriora lentamente", asegura  refiriéndose a problemas de tos.

Posee una lámpara que imita la luz del día y otra para broncearse y paliar la falta de sol, que utilizó antes de realizar su aparición pública en un balcón de la embajada en agosto.

"La conecté para no estar tan pálido. Después de una hora y media, alguien de mi equipo me dijo: 'tienes la mitad de la cara roja y el cuello también'.  Parecía una langosta hervida", cuenta el australiano. Quiso exponer el resto de  su cara a la lámpara, pero su piel empezó a pelarse y tuvieron que maquillarlo  "para no parecer una víctima de Chernobyl".

Assange dice trabajar "17 horas diarias, siete días sobre siete" para su sitio web. "Los dos primeros meses en la embajada fueron positivos. Estaba la  lucha política, la necesidad diaria de construirse una vida aquí y el  entrenamiento para utilizar los equipos de urgencia", enumera, sin más  explicaciones. "Ahora las cosas se estabilizaron y esta estabilidad se hace aburrida".

Assange, de 41 años, dice temer que su extradición a Suecia acabe con su  envío desde allí a Estados Unidos para ser juzgado por la difusión que Wikileaks hizo de los 250.000 cables diplomáticos norteamericanos.

Ecuador concedió el asilo a Assange pero Reino Unido tiene intención de  aplicar la orden de arresto sueco. Por el momento, las negociaciones entre los  dos países no desembocaron en ninguna solución.