Astronauta japonés recomienda comunicación y rutina a mineros atrapados en mina San José
Soichi Noguchi, que califica como "héroes" a los trabajadores, permaneció seis meses en la Estación Espacial Internacional.
El astronauta japonés Soichi Noguchi, que pasó seis meses en el espacio, sabe lo que son largas temporadas en reclusión. Por eso, recomienda que los 33 mineros atrapados en el yacimiento San José mantengan la comunicación y una estricta rutina para superar su situación.
Noguchi recuerda lo difícil que resultaron para él los primeros días en la Estación Espacial Internacional, entre unas paredes que no distaban más de cuatro metros una de otra, aunque matiza que la situación de los atrapados desde el 5 de agosto es especialmente complicada.
El ingeniero de vuelo japonés muestra su solidaridad con los mineros, a los que llama "héroes" en su cuenta de la red social Twitter, popularizada cuando comenzó a enviar mensajes y fotos desde el espacio.
Como si se hubiera tratado de un simple viaje de trabajo, Noguchi repasa su rutina en el espacio recluido en pequeños compartimentos estancos y subraya que lo más importante en situaciones de aislamiento es "mantener la comunicación con la familia y establecer una rutina y un ritmo de vida".
"El apoyo psicológico es muy importante, hay que hacerles saber que estamos ahí y tener una buena comunicación", indica sobre los mineros el astronauta de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA).
Para Noguchi las primeras semanas en la Estación Espacial fueron duras, "pero cuando estableces tu espacio y los ciclos del sueño, comida y trabajo, es mucho más fácil".
"Una vez consigues mantener una rutina el tiempo pasa más rápido, al final hasta pensé que podría pasar allí otros seis meses", relata este ingeniero, que compartió la estación espacial con otros cinco tripulantes durante 163 días.
Los astronautas de la EEI son sometidos a entrenamientos físicos y psicológicos para soportar las extremas condiciones de confinamiento, que para Noguchi comenzaron el 21 de diciembre de 2009 en el cosmódromo de Baikonur a bordo de la Soyuz, nave rusa que algunos apodan la "lata de sardinas".
Por esta razón, expertos de la Nasa asesoran a las autoridades para mejorar las condiciones de los mineros y que así puedan superar la reclusión a 700 metros bajo tierra.
Noguchi recuerda que a 350 kilómetros sobre la corteza terrestre la vida tiene muchos más alicientes, sobre todo desde que la Agencia Espacial Europea (ESA) instaló la llamada "cúpula", una ventana que permite tener una vista panorámica del paso sobre la Tierra a más de 28.000 kilómetros por hora.
La instalación de internet en enero de este año en la EEI fue otro avance que hizo la vida en el espacio más fácil y permitió que Noguchi se convirtiera en el cronista espacial más famoso de la red, con cerca de 300.000 seguidores en Twitter.
Las instantáneas y comentarios de hasta 140 caracteres que Noguchi colgaba en esta red social levantaron una gran expectación, ya que aparecían casi a diario y mostraban lugares de la Tierra desde una perspectiva envidiable.
"Mucha gente incluso no sabía que hay una estación espacial orbitando y astronautas viviendo allí arriba. Las fotos despertaron una buena respuesta en la gente, eso fue una importante motivación para que siguiera", recuerda un Noguchi que subraya la ventajas divulgadoras de Twitter frente a web institucionales.
Él se fijó desde el espacio en los lugares más hermosos de la Tierra, como el japonés Monte Fuji o el puente Golden Gate de San Francisco, aunque también tuvo tiempo para solidarizarse a través de sus fotos con lugares afectados por tragedias, como Haití tras el terremoto de este año.
La tripulación de la EEI fue testigo de excepción de aquella catástrofe: "Tras el terremoto la ciudad de Puerto Príncipe se volvió blanca por las ruinas, se veía claramente que estaba devastada. Twitter fue una manera muy efectiva de decir os vemos, nuestros pensamientos están con vosotros".
No obstante, el astronauta sostiene que lo más espectacular que ha visto desde el espacio han sido las auroras australes que se forman en el Polo Sur y que define como "algo extraño, casi un organismo vivo".
Desde que él llegó al espacio la aurora austral es una experiencia de la que casi 200.000 internautas han sido testigos, con fotos y títulos tan evocadores como el de uno de sus mensajes desde el espacio más vistos: "Aurora, la luna y mi hogar lejos de casa".
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