Todos los astrónomos sueñan con descubrir algo importante o ser el primero en explicar un fenómeno por el que todos se pregunten. Maritza Soto Vásquez, estudiante del doctorado en Ciencias mención Astronomía de la U. de Chile lo consiguió a sus 25 años: descubrió un planeta que orbita una estrella más grande que el Sol a 293 años luz de distancia de la Tierra.
Según su relato, todo fue casualidad. Estudiando los datos del sistema HD 110014, una estrella gigante roja dos veces más grande que el Sol, y del que se sabía que tenía un planeta orbitando, conocido como HD110014 b, Martiza descubrió que el sistema tenía otro planeta.
Los planetas que giran alrededor de una estrella provocan que ésta se mueva. Y Martiza estudiaba este movimiento. “Encontramos que había una señal más débil y que no era del planeta ya descubierto. Analizamos datos, medimos con espectógrafos y limpiamos las interferencias que pudieran existir en los registros. Teníamos que descartar que fuera actividad de la misma estrella. Al final, probamos que había otro planeta más en este sistema: el HD110014c. Mi planeta”, señala emocionada.
Todo partió en noviembre. Las observaciones demoraron ocho meses y se hicieron con los espectrógrafo Feros, que está en el telescopio de 2.2m y el Harps que está en el telescopio de 3.6m, ambos del observatorio La Silla (Cuarta Región).
El planeta de la joven astrónoma tiene tres veces la masa de Júpiter, casi mil veces la masa de la Tierra y demora 130 días en dar la vuelta a su estrella. “Está más cerca de su estrella que nosotros del Sol. Imagina un planeta que es tres veces Júpiter y está en el lugar de Venus orbitando su estrella”, dice.
No hay muchas estrellas gigantes rojas con planetas. Se cree que en su proceso de expansión se tragan a los que tienen más cerca. Solo uno de cada cinco planetas descubiertos giran alrededor de estas estrellas.
La joven, que estudió en el Colegio Sagrados Corazones de Alameda y obtuvo 750 puntos en la PSU, dice que cuando probaron la existencia del planeta estaba contenta y emocionada “Pensaba, es mi planeta. Yo lo descubrí... pero mayor fue la alegría cuando aceptaron el paper. Eso valida el descubrimiento”.
Afición por la astronomía
Su afición por el Universo partió a los 11 años. “En mi casa habían enciclopedias y mirando las fotos me gustó la astronomía”. Confiesa que estando en el colegio, matemáticas y física se le hicieron fácil, pero que todo se complicó en la universidad. Reprobó mecánica clásica. Hoy cree que fue bueno, porque se atrasó un año, permitiéndole hacer más investigación. Consciente de que solo tiene 25 años, dice que “ojalá me queden muchas más cosas por descubrir”.
Su trabajo, que firma como primera autora, fue publicado por la revista Monthly Notices, de la Real Sociedad Astronómica de Londres. En el equipo científico también participó el académico de la U. de Chile James Jenkins (profesor guía y que en 2012 participó del descubrimiento de Tau Ceti, el planeta ubicado en la zona habitable más cercano a la Tierra) y Matías Jones, del Centro de Astroingeniería de la UC.
Jenkins dice que seguirán estudiando el sistema y que las opciones de hallar un tercer planeta son altas. “Descubrimientos así nos sirven para entender cómo se forman planetas que no son rocosos como la Tierra, que tienen una masa gigante de gas. No hay muchas estrellas rojas con dos planetas gigantes”, explica.