Lo que estaba en juego ya era mucho, pero después de esta noche las apuestas aumentan todavía más. El ataque que dejó al menos 19 muertos en un concierto de Ariana Grande en Manchester ocurre a poco más de dos semanas de que Gran Bretaña vaya a las urnas en la que se veía como una elección en la que estaba en juego detener el "Brexit", el proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea, o dar un paso sin vuelta atrás.

El atentado ocurre en un momento en que el Partido Conservador de la primera ministra Theresa May -que convocó las elecciones anticipadas para este jueves 8 de junio para lograr un respaldo mayor que le permita dar un signo de fuerza en la negociación del Brexit con la UE- conserva un liderazgo cómodo en las encuestas, pero que se ha ido estrechando en las últimas semanas ante el Partido Laborista de Jeremy Corbyn.

Sin embargo, los temas de seguridad no formaban mayor parte del debate en una Gran Bretaña que, a diferencia de Francia y otros países europeos, no había vivido un atentado de magnitud desde 2005, cuando hubo una serie coordinada de ataques en el sistema de transporte público de Londres que dejaron 56 muertos.

Desde que en 2004 España vio una elección completa cambiar de manos tras la brutal serie de atentados en Madrid, pocos se atreven a descartar los efectos e intencionalidades políticas tras ataques que están cerca de la fecha de los comicios.

Por ello, una de las incógnitas a develar será cómo reaccionará el gobierno ante el hecho, y qué información revelarán los investigadores de la policía sobre el o los atacantes.

Así, el ataque de Manchester puede terminar jugando un rol mayor en la política británica, ya sea reforzando a una May que ha hecho de la "mano dura" su imagen, o bien entregando una opción a las colectividades opositoras para repuntar y complicar que la actual premier siga en el cargo.