Un comando talibán atacó el domingo el complejo del gobernador Abdul Basir Salangi de la provincia de Parwan, en el este de Afganistán. La acción dejó 22 muertos: 16 empleados civiles del gobierno y seis policías. El gobernador resultó ileso.
El ataque ocurrió mientras se efectuaba en el lugar una reunión de seguridad de alto nivel a la que asistían el jefe de policía, el director de inteligencia, un comandante militar local y al menos dos asesores de la OTAN, además del propio gobernador.
El Talibán se adjudicó esta operación en Charikar, capital de Parwan, unos 50 kilómetros al norte de Kabul. En la provincia se ubica la Base Aérea Bagram de las fuerzas estadounidenses y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
El ataque comenzó con el estallido de un automóvil bomba afuera de una entrada en el complejo, según reportó la policía. La explosión abrió un boquete en un muro, por el que ingresaron a toda prisa cinco rebeldes que llevaban chalecos con explosivos, armas automáticas y un lanzagranadas.
Esta operación rebelde coordinada se suma a la más reciente oleada de ataques espectaculares del Talibán cerca de Kabul, en un indicio preocupante del poder de la insurgencia en las proximidades de la capital y la determinación de ésta de atacar a la naciente dirección del país.