A través de un sitio web dedicado a difusión de movimientos anarquistas y anti-autoritarios en el mundo, la Célula Revolucionaria Felice Orsini se adjudica toda la "responsabilidad política" de los últimos ataques explosivos ocurridos en Santiago y Viña del Mar.
Los cinco autos quemados en San Miguel, Ñuñoa y Viña del Mar, "el artefacto instalado en las puertas de la Iglesia Santa Ana, del mismo modo, asumimos la fabricación del artefacto encontrado en la calle Almirante Hurtado, pero negamos absolutamente que haya sido instalado de manera premeditada y planificada en dicho lugar", sostienen en la entrada.
El artefacto que fue desactivado por personal del Gope en Almirante Hurtado fue encontrado fuera de un jardín infantil cerca de una sala donde se encontraban 8 menores con profesoras. El grupo anarquista reconoce haber situado el explosivo "en las puertas de otro símbolo del principio de Autoridad" a cinco cuadras del jardín.
En San Miguel y Ñuñoa se encontraron junto a los vehículos panfletos que criticaban el sistema judicial chileno y atacaban contra la autoridad. El mensaje estaba firmado por el colectivo anarquista "Niños bicho".
En el comunicado la célula reconoce que los ataques como "nuestro gesto solidario" a los chilenos Francisco Solar y Mónica Caballero, chilenos que están en siendo procesados por la justicia española luego de ser los sospechosos de colocar un artefacto explosivo en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar en Zaragoza. También mencionan a un "compañero" griego, Nikos Maziotis, que fue capturado por la policía.
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