La operación de evacuación de civiles y combatientes de los últimos enclaves rebeldes de la ciudad siria de Alepo, no pudo reanudarse este domingo como consecuencia del ataque contra buses destinados a retirar civiles de dos localidades chiitas controladas por el régimen de Damasco.

La información fue dada a conocer por el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (Osdh), Rami Abderramán, quien agregó que el régimen sirio y su aliado Irán exigen garantías para la seguridad en la evacuación de los civiles de Fua y Kefraya, localidades de mayoría chiita, como condición para retomar la operación de salida de Alepo.

Se esperaba que este domingo se reanudaran las labores de evacuación tanto en Alepo como en Fua y Kefraya, como parte de un nuevo acuerdo entre Damasco y sus adversarios. La evacuación, que ya había sido interrumpida el viernes, busca sacar a miles de civiles y rebeldes, afectados por el hambre y el frío, y sitiados por el régimen en Alepo, a cambio de que los opositores permitan evacuar a los habitantes de las localidades de Fua y Kefraya, en la provincia vecina de Idlib.

Sin embargo, un grupo no identificado de al menos 20 hombres atacó los buses en las cercanías de Fua y Kefraya. Sus choferes fueron forzados a bajarse de los vehículos por los rebeldes, quienes luego dispararon contra los buses e incendiaron los estanques de combustible de al menos cinco de ellos. Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos el chofer de uno de esos transportes resultó muerto en el incendio.

El Osdh atribuyó el ataque a la facción radical Yund al Aqsa, que juró fidelidad al Frente de la Conquista del Levante, antiguo Frente al Nusra y ex filial de Al Qaeda en Siria. Además, el Observatorio mencionó posibles divergencias sobre esta evacuación entre la organización yihadista Fateh al Sham (otra ex rama siria de Al Qaeda) y el influyente grupo rebelde Ahrar al Sham.

El ataque contra los buses afectó las operaciones que se pretendían realizar este domingo en Alepo, donde un convoy de buses no tuvo autorización del régimen sirio para sacar a miles de personas que permanecían bloqueadas en la ciudad desde que la evacuación quedó interrumpida el viernes por divergencias sobre el número exacto de personas que debían salir de Fua y Kefraya.

Pese al impasse, un alto responsable militar del gobierno de Assad, citado por la agencia AFP y que pidió guardar el anonimato, aseguró que "hay una voluntad colectiva para que el acuerdo siga en vigor. Tiene que haber soluciones para todos los obstáculos", dijo.