La furgoneta que esta madrugada estalló junto al cuartel-residencia de la Guardia Civil española en la ciudad de Burgos, en el norte de España, atribuida a la banda terrorista ETA, estaba cargada con al menos 200 kilos de explosivo, informaron fuentes de la investigación.
Más de sesenta personas resultaron heridas leves a causa de la explosión, que se produjo sobre las 04:00 de la madrugada (medianoche en Chile).
Las fuentes, que no descartan que el contenido del explosivo pueda ser mayor, consideran que fue "un auténtico milagro" que no se hayan producido víctimas mortales entre los familiares de los agentes que dormían en sus casas cuando estalló la furgoneta-bomba.
Dos personas permanecen ingresadas en el Hospital General Yagüe de Burgos, una con traumatismo encéfalocraneano y otra con una fuerte crisis de ansiedad, informaron fuentes del Servicio de Sanidad del Gobierno regional de Castilla y León.
La mayoría de los lesionados sufrieron heridas por el alcance de cristales rotos y entre ellos se encuentran varias mujeres embarazadas y al menos media docena de niños.
La explosión, que dejó un enorme cráter de siete por dos metros, causó daños en siete de las catorce plantas que componen las dependencias del cuartel-residencia de la Guardia Civil en esa ciudad del norte, próxima al País Vasco.
Por el momento se desconoce la composición exacta del material explosivo, aunque se baraja la posibilidad de que pueda tratarse de amonitol, un explosivo de efecto devastador utilizado por ETA en al menos cuatro ocasiones desde el 2008.
La banda comenzó a experimentar con este nuevo explosivo a finales de 2007, después del robo de 2.000 litros de nitrometano en Francia en octubre de ese año.
HISTORIA VIIOLENTA
ETA, que busca la independencia del País Vasco, ha sufrido importantes reveses en el último año con la detención de varios de sus principales dirigentes.
El último atentado mortal lo cometió el pasado 19 de junio cuando asesinó al inspector de la Policía española Eduardo Antonio Puelles García, al que colocó una bomba lapa en los bajos de su coche.
Puelles, que fue asesinado en la localidad de Arrigorriaga, próxima a la ciudad vasca de Bilbao, es la única víctima mortal de ETA en lo que va de 2009, aunque la banda cometió otras acciones terroristas, con el de hoy un total de ocho atentados.
La ciudad de Burgos, que pertenece a la región de Castilla y León y está próxima al País Vasco, ha sido escenario de varios ataques de ETA desde 1983, todos sin víctimas mortales y la mayoría vinculados a vías férreas y edificios militares.
También fue escenario de los secuestros del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara (enero de 1996), que permaneció 532 días retenido en un escondrijo en Mondragón (Guipúzcoa) y del político Javier Rupérez (1979), retenido 31 días.
En sus casi cincuenta años de historia, ETA ha asesinado a más de 850 personas.
En marzo de 2005 declaró un alto el fuego que rompió con un atentado perpetrado en la Terminal Cuatro del aeropuerto de MadridBarajas el 30 de diciembre de 2006, en el que murieron 2 inmigrantes ecuatorianos.
En junio de 2007, la banda declaró formalmente rota la tregua y la reanudación de la lucha armada tras fracasar un intento de diálogo con el primer gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.