Al menos 32 personas murieron y varias decenas resultaron heridas en dos atentados con auto bomba contra peregrinos chiitas que participaban en un acto religioso en el norte de Bagdad, según fuentes médicas y del ministerio del Interior.

Las cifras suministradas por hospitales y gobierno son dispares. Según el  ministerio de Interior, los dos ataques dejaron un saldo de 32 muertos y 68  heridos, mientras que los hospitales contactados indican que recibieron 34  cadáveres y han tratado a 152 heridos.

La primera explosión se produjo por la mañana en una vía rápida del distrito de Chula. El objetivo eran fieles que volvían a sus casas después de  haber participado en las ceremonias en honor del imán Mussa Kazem, en el vecino  barrio de Kazimiya, informó el ministerio de Interior. A mediodía se produjo un segundo atentado en el barrio de Aden, cerca de  Kazimiya.

"Fue terrible, hemos sacado varios cuerpos calcinados de un bus", contó  un testigo.

Decenas de miles de peregrinos chiitas se habían reunido hoy por la  mañana al norte de Bagdad para conmemorar el aniversario de la muerte de Musa  Kazem, el séptimo de los 12 imanes venerados por los chiitas.

Estos atentados se produjeron a pesar de las enormes medidas de seguridad  instauradas en Kazimiya, donde los peregrinos fueron sometidos a numerosos  controles policiales, y varios helicópteros vigilaban desde el aire el  recorrido de los peregrinos.

El miércoles, 72 personas murieron y más de 250 resultaron heridas en una  serie de atentados reivindicados por el Estado islámico de Irak, vinculado a Al  Qaeda.

Grupos extremistas sunitas, que consideran herejes a los chiitas,  multiplicaron en el pasado sus ataques contra ellos durante las fiestas  religiosas, que siempre son multitudinarias.

La tradición dice que los chiitas deben caminar hasta Kerbala, ciudad  situada 110 km al sur de Bagdad, para conmemorar el 40º día de la muerte de  Hussein, nieto del profeta Mahoma, y hasta Bagdad, en el aniversario de la  muerte de Mussa Kazem.

La caminata es un acto de penitencia de los fieles que consideran que  dejaron morir a sus imanes sin socorrerles como era debido. Mussa Kazem habría muerto envenenado en una cárcel de Bagdad en el año 799,  según la tradición.

La violencia disminuyó en Irak en los últimos años, pero siguen  registrándose atentados y muertes a diario. Sólo en mayo 132 personas perdieron  la vida violentamente, según estadísticas oficiales.