Las rusas Ksenia Ryzhova y Yulia Guschina se declararon "humilladas y ofendidas" por las interpretaciones de algunos medios occidentales sobre el beso que se dieron en el cierre del Mundial de Atletismo de Moscú.
"En vez de (fijarse en) las felicitaciones, de esa alegría que experimentamos por nuestro equipo, por nuestro país, la gente se fija en otras cosas", se quejó Ryzhova en una conferencia de prensa.
El beso en la boca que se dio con Guschina tras ganar medalla de oro en el relevo 4x400 metros fue interpretado por algunos medios occidentales como un desafío a la ley antigay rusa y al presidente Vladimir Putin.
Ryzhova agregó que ella y Guschina están casadas y son buenas amigas y consideró "lamentable que el hecho de que nos tocáramos con los labios durante la felicitación haya servido de base para algunas fantasías".
Guschina calificó de "desvaríos enfermizos" las especulaciones sobre el beso y remarcó que "no hay una relación íntima" entre ellas.
Consultada sobre la ley que prohíbe la propaganda homosexual ante menores, Ryzhova dijo no conocer bien el tema y eludió opinar sobre los dichos de su compatriota Yelena Isinbayeva, plusmarquista de salto con garrocha y quien sí apoyó la ley.
"Qué dijo Isinbayeva, qué sucede en el mundo, yo la verdad no tengo ni idea", dijo Ryzhova, en tanto que Guschina respondió que no había leído del tema, que ocupó gran espacio en medios occidentales, pero no así en Rusia.
"Para nosotras fue una explosión de alegría", insistió Ryzhova, quien recordó que junto a Guschina celebraron de esa forma una victoria que buscaron durante los últimos ochos años.
Rizhova, de 26 años y quien contó que su marido estaba presente en el estadio al momento de su celebración, reveló: "Recibí más de 20 llamados telefónicos de diversos medios que, en vez de felicitarme, me humillaron con estas preguntas".
"Yulia y yo nos entrenamos juntas desde hace ocho años y nos hicimos muy amigas. No pueden imaginar lo que significa para nosotros ganar luego de ocho años", resaltó Ryzhova.
"Es un diluvio de emociones y si se tocaron nuestros labios no sé cómo alguien pudo imaginar esto. Esto nos humilla no sólo a nosotras, sino también a nuestros entrenadores", cuestionó.
Gushina, de 30 años y casada con un ex atleta, coincidió con Ryzhova al afirmar que "estamos ofendidas porque toda la atención se concentró en el beso más que en el triunfo".