Real Madrid saltó al césped del Vicente Calderón con la lección bien aprendida tras la goleada recibida en su última visita al feudo rojiblanco. Haciendo alarde una gran intensidad desde el pitazo inicial, los pupilos de Carlo Ancelotti acapararon las mejores ocasiones a lo largo del primer tiempo. La más clara, cuando se habían consumido sólo tres minutos de partido, tras un mano a mano entre Gareth Bale y Oblak resuelto con acierto por el guardameta esloveno.
Con el devenir de los minutos, Real Madrid comenzó a afianzar su dominio en el centro del campo y la escuadra rojiblanca, que concedió demasiados metros a su rival, tan solo logró inquietar el arco de Casillas en un tímido remate de Griezmann hacia el ecuador del primer acto que detuvo sin problemas el arquero.
El cuadro merengue, por su parte, que generó suficientes situaciones de peligro como para marcharse al entretiempo con ventaja parcial, adoleció de cierta claridad en los últimos metros y no fue capaz de perforar el arco enemigo. El principal responsable de ello, fue Jan Oblak, que desbarató con acierto un nuevo latigazo de Bale desde la frontal del área, y dos buenos disparos de Benzema y James Rodríguez.
Tras la reanudación, el guion del partido no presentó importantes variaciones. El estéril dominio blanco y la precipitación atlética a la hora de construir el juego en el centro del campo, propiciaron que el marcador no se moviese.
Sendos remates elevados, de Godín y Modric, cuando agonizaba el duelo, fueron las ocasiones más destacadas de todo el segundo un período. Un segundo período que concluyó con un Atlético de Madrid volcado en la procura de un gol que jamás llegaría. El Santiago Bernabéu dictará sentencia el 22 de abril.