"¡Quiero matar a todos los musulmanes!". Ese fue el grito que antecedió al atropello con una camioneta de un grupo de fieles que acababa de salir de una mezquita en el norte de Londres, al término de los rezos de Ramadán en la madrugada de ayer. Se trata del cuarto ataque que vivió Reino Unido en apenas cuatro meses, en el que murió una persona y 10 quedaron heridas, dos de ellas de gravedad. El atacante fue identificado ayer como Darren Osborne originario de la capital galesa de Cardiff. El hombre de 47 años fue detenido bajo la sospecha de intento de asesinato y posteriormente se sumaron supuestas ofensas terroristas.
El Consejo Musulmán de Reino Unido tachó el incidente de "violenta manifestación" de islamofobia, y su secretario general, Harun Khan, solicitó un refuerzo urgente de la seguridad en las mezquitas del país porque una vez que concluya el Ramadán comenzará el festejo del fin del ayuno.
El de ayer dio un giro respecto de los otros ataques ocurridos en Reino Unidos, porque los anteriores fueron reivindicados por el Estado Islámico, mientras que éste se relaciona con la islamofobia.
La primera ministra, Theresa May, dijo que este suceso es "un recordatorio de que el terrorismo, los extremismos y el odio adoptan muchas formas". Este ataque contra la comunidad musulmana "es tan insidioso y destructivo para nuestros valores y nuestra forma de vida" como los recientes perpetrados en Manchester y Londres, aparentemente motivados por extremistas islámicos, aseveró.
El alcalde de Londres, el musulmán Sadiq Khan, calificó lo ocurrido como un ataque a los "valores compartidos de tolerancia, libertad y respecto", y confirmó que se reforzará, con más policías, la seguridad en las mezquitas londinenses.
El corresponsal de seguridad de la cadena BBC, Frank Gardner, señaló que este incidente puede caer directamente en las manos de aquellos que planean más ataques contra ciudadanos en Reino Unido." Los seguidores por internet del Estado Islámico tomaron este ataque como una prueba de lo que ellos ven como una extendida hostilidad hacia los musulmanes que viven en Occidente. Inevitablemente será usado por los reclutadores y propagandistas que incitan más ataques", agregó. "Lo único que tienen en común los fanáticos de extrema derecha anti musulmanes y los yihadistas es la creencia de que la coexistencia pacífica entre musulmanes y no musulmanes es imposible", concluyó.
La islamofobia había despertado la preocupación de los líderes musulmanes, especialmente después del atentado en el Manchester Area, ocurrido a mediados de mayo pasado. En un artículo del diario The Guardian, los líderes de la comunidad en esa ciudad del norte de Inglaterra dijeron que habían recibido reportes de comportamiento abusivo, ofensas verbales e incluso daño a las mezquitas.
Un estudio realizado por el grupo británico de monitoreo Tell MAMA reveló que los incidentes anti musulmanes y ataques en áreas públicas en Reino Unido aumentaron 326 veces en 2015, siendo las mujeres el blanco principal de los adolescentes. Uno en 10 de todos los eventos reportados a la organización ocurrieron en establecimientos educacionales, también en el transporte público y en otras partes centrales.