La furia ha ido en aumento entre los habitantes y conductores de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut ya que no les ha bastado tener que lidiar con la destrucción que dejó el paso del huracán Sandy, sino que ahora también deben lidiar con la escasez de gasolina y energía eléctrica
Hoy en la mañana, podían observarse largas filas alrededor de las gasolineras en la zona y la policía se desplegó en varios puntos para mantener la calma entre los furiosos y frustrados conductores.
Los pronósticos de temperaturas más frías sólo elevaron la tensión, puesto que muchos en Nueva Jersey y en otras partes usan generadores a combustible para tener luz y calefacción mientras esperan que las empresas de servicios públicos reanuden el suministro.
En la estación de Hess en Fairfield, Nueva Jersey, las personas esperaron más de tres horas para llenar de combustible sus autos y galones.
"Esta es una situación bastante apocalíptica. ¿Cuán lejos tenemos que ir para conseguir gasolina? ¿Tennessee?", dijo Ricardo Meehleib, de 30 años, mientras hacía fila.
Aunque se espera que la provisión de energía sea restaurada en Manhattan el sábado, es posible que los residentes de los suburbios y localidades más distantes de la costa tengan que esperar otra semana o más para tener electricidad.
Alrededor de 4,5 millones de viviendas y negocios en 15 estados de Estados Unidos siguen sin energía.
El costo financiero de la tormenta promete ser exorbitante. La compañía de cálculos de desastres Eqecat estima que Sandy dejó pérdidas por hasta 20.000 millones de dólares en seguros y 50.000 millones de dólares más en pérdidas económicas, el doble de su proyección anterior.
En el punto más alto de ese rango, Sandy quedaría como la cuarta catástrofe más costosa en la historia de Estados Unidos, de acuerdo al Instituto de Información de Seguros, por detrás del huracán Katrina en el 2005, los ataques del 11 de septiembre del 2001 y del huracán Andrew en 1992.