La ley, aprobada el miércoles pasado con la mayoría del partido gubernamental AKP, pero con toda la oposición en contra, "vulnera la libertad de expresión", "limita las libertades y los derechos individuales" y supone "una censura", afirman los abogados, según la versión electrónica del diario Hurriyet.

Anoche, miles de ciudadanos intentaron manifestarse contra la ley en la céntrica plaza de Taksim en Estambul, pero la policía bloqueó el acceso y rechazó a los manifestantes con cañones de agua a presión y granadas de gas lacrimógeno.

Durante más de dos horas continuaron los enfrentamientos en la calle Istiklal, con algunos activistas erigiendo barricadas y lanzando adoquines contra la policía.

Mientras, otras dos protestas menores en Ankara y Esmirna, aunque sin intervención policial, terminaron sin incidentes.

La carta de la Unión de Colegios de Abogados se suma a otra, enviada el pasado viernes por la patronal empresarial turca TÜSIAD, que también critica la ley en términos muy parecidos. Los empresarios aseguran además que la ley tendrá consecuencias negativas para el desarrollo económico del sector relacionado con Internet en Turquía, que se encuentra en plena expansión. También la organización internacional Human Rights Watch y los partidos de la oposición han pedido que Gül vete la ley.

Esta ley permite a un organismo administrativo y sin orden de un juez, bloquear una página web si considera que el contenido vulnera la privacidad, es discriminatoria o insultante.

El primer ministro, el islamista Recep Tayyip Erdogan, rechazó ayer las críticas en un mitin ante sus seguidores en Estambul. "No vamos a abolir Internet, ¡sólo vamos a controlarlo!", dijo el jefe de Gobierno, acusado por sus críticos como autoritario.

El presidente turco, quien tiene todavía otros diez días de plazo para firmar la ley, ha señalado su postura "liberal" respecto a las normas de Internet. Sin embargo, los analistas turcos creen poco probable que vete la ley, ya que eso señalaría una ruptura abierta de Gül con Erdogan, su antiguo compañero de partido.

En caso de veto, la ley vuelve al Parlamento, donde puede aprobarse nuevamente, con o sin modificaciones, y en este segundo pase debe ser firmada por el presidente.